Ir al contenido
_
_
_
_
Pequeños gigantes

Simon Holding, la clave de la iluminación

Un interruptor Simon está formado por multitud de pequeñas piezas metálicas y de plástico, aunque no lo parezca. Sólo quedan a la vista las más aparentes, pero el hecho de accionarlo y de que se active la luz o funcione correctamente la persiana supone un entramado de conexiones internas que esconden una tecnología desarrollada por la propia empresa a lo largo de 90 años. La compañía fundada por Arturo Simón Vibet, lampista de profesión, inició su actividad en 1916 fabricando portalámparas.

La escasez de material eléctrico provocada por la Primera Guerra Mundial en toda Europa animó a Arturo Simón a trabajar en el primer taller, que amplió sucesivamente. Actualmente, el departamento de investigación (I+D) cuenta con una plantilla de 150 personas, el 10% de la plantilla. Y precisamente, lo más llamativo de Simon es la experiencia de tantos años, al compás del desarrollo de la electrificación del país, combinada con una estrategia de producción integral.

Simon Holding, dedicada a la fabricación de pequeño material eléctrico y productos de iluminación, cuenta con un total de 22 fábricas, la mitad en España. En la más emblemática de ellas, ubicada en Olot (Gerona), la compañía sigue fabricando todo el proceso de manufactura de un interruptor: desde los tornillos y su galvanizado hasta el tratamiento de la materia prima plástica para reducir el nivel de humedad, pasando por la estampación de las piezas metálicas y plásticas. Mientras la competencia, especialmente grandes multinacionales (ABB, Schneider, Legrand, etc.), han emprendido hace años un sostenido y silencioso plan de deslocalización fuera de España y externalización de servicios para reducir costes. La competencia de productos a bajo coste proveniente de países asiáticos es elevada y progresa exponencialmente, aunque quizá las copias y falsificaciones suponen un problema mayor, comenta el director general, Xavier Torra.

La tentación de abandonar progresivamente la producción en España es creciente, también en este sector. Sin embargo, y por el momento, Simon no sólo ha descartado desprenderse de procesos fabriles en España, sino que ahora ha emprendido una nueva inversión en la factoría de componentes de Olot, con el objetivo de cerrar el círculo y añadir el paso final de producción con el ensamblaje de los interruptores, el producto acabado. Hasta ahora, este centro sólo producía los componentes, que se enviaban al resto de factorías españolas. Pero con la nueva inversión 'controlamos todo el proceso de calidad del producto, además de reducir el tráfico de camiones de material hacia las otras factorías, aumentando la eficiencia interna', señala el director de la factoría, Carles Macias. Además, la compañía también aumenta el nivel de verticalización de la fabricación. Este proyecto, del que se está acabando de instalar la maquinaria, se ha realizado sin ampliar la superficie de fabricación, sólo sustituyendo maquinaria antigua. Esta inversión no es la única. También se prevé terminar en breve la construcción de un nuevo centro de producción en Riudellots de La Selva (Gerona), que tendrá una plantilla de 200 personas y sustituirá la factoría del centro urbano de la capital gerundense. La modernización y el aumento de los niveles de producción en España también han generado reestructuraciones, como la emprendida en Castellbisbal (Barcelona), que ha concluido con el cierre de un pequeño centro de producción que había reducido poco a poco su carga de trabajo y en el que sólo quedaban 12 personas.

Centro de distribución

No funcionó el proyecto de creación de un parque empresarial en Lliçà de Vall (Barcelona) por problemas urbanísticos. Además, la compañía también crece corporativamente. La filial de iluminación para vías públicas IEP construye actualmente un nuevo edificio de oficinas en Barcelona, que consta de unas inversiones de 7,2 millones. Finalmente, la compañía busca la ubicación de un gran centro de distribución, que podría instalarse fuera de Cataluña, por la carestía del suelo en esta comunidad.

La modernización de las instalaciones y fábricas españolas no significa que Simon haya renunciado a la internacionalización. Al contrario, la elevada cuota de mercado del 45% que mantiene en España ya obligó en 1997 a iniciar un plan de implantación internacional, que empezó con una fábrica en Marruecos, país en el que ya cuenta actualmente con una cuota de mercado de más del 30%. Este proceso ha supuesto que con el último proyecto Simon contará con un total de 12 plantas en el extranjero. A la próxima inauguración de un centro en Rusia, habrá que añadir el desarrollo, de la mano del socio local Indo Asian, de una factoría en India, a través de una sociedad mixta, para la fabricación y comercialización de pequeño material eléctrico en el país asiático. Xavier Torra asegura que 'la planta abastecerá el mercado local hindú. India, con crecimientos anuales del PIB del 9%, justifica por sí misma la producción propia. No construimos factorías para exportar a otros países'.

Gestión. La cuarta generación al poder

Algunas de las primeras máquinas que utilizó la empresa se han instalado en el vestíbulo de la factoría de Olot. Unos paneles históricos completan la historia de la empresa, que acaba de incorporar la cuarta generación (miembros de la familia Simón de edades entre 37 y 40 años) al consejo de administración. No existe un protocolo familiar como tal, pero sí la intención de que los miembros de la familia se jubilen a los 65 años.De las siete ramas familiares de la familia propietaria, cuatro están ahora en el consejo. Desde hace muchos años, los Simón han tenido claro que la gestión de la empresa debe ser flexible, pero independiente. Xavier Torra es el director general y el artífice del crecimiento del grupo.

Archivado En

_
_