El G-8 pide a Israel y a Hezbolá el cese de los ataques militares
Los líderes de los ocho países más industrializados del mundo (G-8) pidieron ayer a Israel, por un lado, y a la milicia libanesa de Hezbolá y a la palestina Hamas, por otro, que cesen sus acciones militares. También reclaman el desarme de las milicias del Líbano y la liberación de los soldados israelíes capturados.
Tras varias horas de discusiones, los líderes de los ocho países más ricos del mundo (G-8) lograron lo que en principio parecía imposible: ponerse de acuerdo y redactar una declaración unánime sobre la situación de violencia en Oriente Próximo.
Las distintas visiones del conflicto que tienen Estados Unidos, Francia, Alemania o Rusia quedaron ayer patentes en la reunión de la cumbre del G-8 en la ciudad rusa de San Petersburgo. Con todo, coincidieron en reclamar a Israel el cese de sus operaciones militares y la retirada de sus soldados de Gaza y a Hezbolá el final de los ataques con cohetes contra territorio israelí.
Asimismo, reclaman que se libere tanto a los soldados israelíes capturados, como a los parlamentarios palestinos detenidos por Israel. También exigen que se cumpla la resolución 1559 de Naciones Unidas, que demanda el desarme de todas las milicias, incluida Hezbolá.
Dicho esto, el G-8 considera que los culpables de esta escalada de violencia en Oriente Próximo son 'fuerzas extremistas' interesadas en desestabilizar la región. El comunicado añade que 'ni dichas fuerzas ni quienes les apoyan tienen derecho a sumir a Oriente Próximo en el caos'.
El texto hace , también, un llamamiento expreso a Israel para que se modere en sus represalias. En este punto, los líderes del G-8 asumen la visión del conflicto manifestada en la mañana de ayer por el presidente de Estados Unidos, George Bush, al reconocer que Israel tiene derecho a defenderse pero, al tiempo, el Estado judío 'debe tener en cuenta las consecuencias estratégicas y humanitarias de sus acciones'.
Por ello, el documento insta a las autoridades israelíes a que ejerzan 'la may or contención' e intenten evitar víctimas civiles, dañar infraestructuras y abstenerse de actos que desestabilicen al Gobierno libanés.
El llamamiento llegó en una jornada en la que casi medio centenar de personas murieron. Un ataque con cohetes de Hezbolá a Haifa, la tercera ciudad de Israel, dejó ocho israelíes muertos y más de 40 heridos. Por su parte, los medios de comunicación del Líbano aseguraban que los ataques israelíes habían matado ayer a 33 libaneses. De estos, ocho tenían también nacionalidad canadiense.
Mientras, el líder de la milicia libanesa Hezbolá, Hasan Nasrala, aseguró en televisión que la 'guerra abierta' con Israel continúa. Y añadió que el ataque a Haifa es sólo el principio de una ofensiva mayor. 'Os vamos a sorprender más allá de Haifa. Tenemos muchas armas', indicó.
El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común europea, Javier Solana, viajó ayer a Beirut para expresar la solidaridad de la UE al primer ministro libanés, Fuad Siniora.
Reclaman a Lamy que active Doha en un mes
El plato fuerte de la cumbre del G-8 iba a ser el debate sobre la seguridad energética, pero éste quedó relegado ante la situación en Oriente Próximo. Los países más industrializados evidenciaron sus discrepancias ante el uso de la energía nuclear y constataron que tienen diferentes formas de garantizar el suministro energético y luchar contra el cambio climático. Francia produce casi toda su enegía en centrales atómicas, y Reino Unido planea construir más instalaciones, mientras que Alemania e Italia rechazan esta energía. El G-8, además, pidió al director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, que rompa en un mes el bloqueo de la Ronda de Doha, para la liberalización del comercio mundial. También acordaron reforzar la lucha contra la piratería intelectual y la falsificación.