Los fumadores contraatacan con una aerolínea de lujo
Un ex 'broker' alemán fletará a partir de marzo vuelos para empresarios entre Düsseldorf y Tokio
La guerra contra el tabaco cada día conquista a nuevos adeptos. Desde que entró en vigor la ley antitabaco en España el 1 de enero de 2006, cerca de la mitad de fumadores ha tratado de dejar el hábito, según una encuesta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Las aerolíneas han prohibido fumar a bordo paulatinamente desde finales de los años noventa. Pero hay quien se resiste y apela a los tiempos en que compañías, como la alemana Lufthansa, ofrecían al cliente un buen puro junto a una copa de coñac.
Alexander Schoppmann, un ex broker alemán con 55 años recién cumplidos, quiere recuperar esta tradición. El próximo 26 de marzo de 2007 lanzará la Smoker's International Airlines (Smintair) o Aerolínea Internacional para Fumadores. La línea fletará en un principio un vuelo diario de ida y vuelta entre Düsseldorf, Alemania, y Tokio, Japón.
'No tolero que me digan lo que puedo y no puedo hacer en un servicio por el que pago', explica Schoppmann, quien cree que las aerolíneas han perdido de vista la máxima de que el cliente es el rey. Las grandes compañías aéreas aseguran sin embargo que declararon sus vuelos libres de humo de acuerdo con la demanda de los pasajeros. 'Le puedo confirmar que ahora hasta los fumadores se alegran', asegura el portavoz de Lufthansa, compañía que prohibió fumar en todas sus rutas en 1997.
El concepto de Smintair no es sólo el de ser una alternativa de vuelo para fumadores. Se trata de mimar al cliente lo más posible. La aerolínea se llama Smintair sólo por recomendación de los abogados del empresario. 'Me dijeron que así nadie puede llevarme a juicio diciendo que no sabía que se podía fumar a bordo', explica Schoppmann. æpermil;l quería poner de relieve la apuesta por el lujo y llamar a la compañía Luxair.
El empresario tiene arrendados dos Boeing 747, unas aeronaves con capacidad para unos 350 pasajeros. Demasiado apretados, opina Schoppmann. Los vuelos de Smintair tendrán sólo 138 plazas (30 de primera clase, 108 de business class, y ninguna en clase turista) para que los pasajeros tengan más espacio y más comodidad. La segunda planta de la nave servirá de sala de descanso y duty free. El precio 'no superará el de la competencia', asegura el alemán.
Schoppmann tiene en mente a los miles de japoneses y coreanos y el creciente número de chinos que trabajan en la región de Düsseldorf. Schoppmann pretende 'conectar Europa con Asia' y recuerda que Düsseldorf está a menos de dos horas de vuelo de ciudades como París, Londres y Praga.
La empresa está a la espera de cerrar los últimos tratos con los inversores. Para obtener la licencia, necesita reunir los 40 millones euros que pide la autoridad aérea alemana. Schoppmann asegura tener el dinero suficiente pero quiere poder comprar los Boeing en vez de arrendarlos.
El ex broker calcula que la aerolínea tardará un par de años en asentarse. Con el tiempo quiere ampliar la ruta hasta Sídney y guardar Tokio como escala. 'La filosofía es crecer, pero no a cualquier precio. Evolucionaremos en función de lo que nos pida el cliente', concluye Schoppmann.