Confundir al mercado
Existe una táctica de marketing consistente en generar confusión, en lograr que el consumidor no se aclare sobre la conveniencia o no de comprar un producto. Un buen ejemplo son las tarifas de telefonía, concretamente las de telefonía móvil. Entre hablar a través de una u otra compañía la diferencia es prácticamente nula, sin embargo no existe un precio que se pueda comparar, saturado como está el mercado de ofertas, minutos a menor precio o dinero en llamadas que se regala con un terminal.
Ahora esta táctica, utilizada para despistar clientes, se está empezando a utilizar para confundir accionistas. Aquello de la neutralidad de los directivos y consejeros de las empresas opadas no se lo cree demasiada gente y, en particular, los directivos de las empresas opadas. Por eso no extrañan las campañas de comunicación como las que han puesto de Arcelor y Mittal en los últimos días.
Pero peores que las publicidades son las ofertas engañosas. O las respuestas engañosas a las ofertas. Porque, en realidad, algunas compañías han logrado su objetivo y el mercado no tiene del todo claro qué es lo que se ofrece. Baste como ejemplo la oferta de Deutsche Börse por Euronext. Los alemanes dicen que ofrecen más que NYSE mientras Euronext sostiene que se trata de una oferta inferior. Las referencias que se encuentran en el mercado se limitan a reflejar la postura de cada una de las partes, convirtiendo un precio en una opinión o un acto de fe subjetivo.
También se han liado un tanto las cosas en la citada opa sobre Arcelor, donde confluye una opa hostil -esto es, que no garantiza el sillón de los consejeros actuales- con una fusión amistosa y otra compra de autocartera por un 25%. Combinaciones de dos o de las tres opciones son posibles. Además, mientras las opas se aceptan o no, para rechazar la fusión con Severstal hay que acudir a la junta. Así que pasa como con los planes claros de las telefónicas, que nadie sabe cuál es el mejor.