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Francia cierra el grifo para prevenir la sequía

Una veintena de departamentos han anunciado limitaciones en el uso del agua

Todo el mundo recuerda en Francia el verano del año 2003. Hasta 15.000 ancianos fallecieron a causa de la canícula que se apoderó del país galo, poco acostumbrado a las altas temperaturas y sin estructuras para hacer frente al sol tenaz. Además, hasta 60.000 hectáreas de bosques al sur del país fueron pasto de las llamas. Desde entonces, el país se prepara cada año para hacer frente al aumento de las temperaturas: por un lado, proteger a la tercera edad, por el otro, prepararse para la sequía.

Así, el mapa francés se llena progresivamente desde hace una semana de pequeños puntos de colores que indican las regiones potencialmente en peligro de sequía y las restricciones de agua que lo acompañarán. Cada día, un nuevo departamento anuncia limitaciones en el uso de agua de cara al verano, que entró oficialmente el pasado miércoles. 'La situación es delicada en 23 departamentos, frente a 13 la pasada semana', reza el sitio web del plan sequía del Ministerio de Ecología y Desarrollo Sostenible francés.

El Ejecutivo galo inició este dispositivo el pasado mes de noviembre, después de un verano de 2005 especialmente crudo, sobre todo al oeste del país, y unas perspectivas nada halagüeñas para 2006. 'Este año la situación es difícil, con un déficit de pluviometría del 25% respecto a los últimos cinco años', explica el Ministerio de Ecología y Desarrollo Sostenible.

Hasta ayer, 23 de los 96 departamentos habían anunciado limitaciones en el uso de agua, que se negocian en cada región. El año pasado, cerca de la mitad de los departamentos tomaron medidas restrictivas. En Nimes, la ausencia de lluvias desde principios de año y los fuertes vientos han llevado a la restricción de agua, que por el momento no afecta al consumo, hasta la llegada masiva de turistas, en el mes de julio. En Tarbes, parte de los Altos Pirineos, ha quedado prohibida la irrigación agrícola, y en Lot (al suroeste), el comité de sequía ha prohibido el lavado de coches fuera de las estaciones de servicio, el riego de jardines y el uso de agua para llenar piscinas.

Todas son medidas de precaución, ya que el nivel de los embalses 'es correcto', indican en el ministerio. Sin duda, la prevención y organización del país galo contrastan con la situación que se vive en España. La Comunidad de Madrid, fuertemente afectada por la sequía, ha levantado las restricciones para regar parques y jardines y llenar piscinas para el estreno del verano, que podrá realizarse entre 21.00 y 9.00 horas.

La medida se ha tomado tras el éxito de las campañas de concienciación ciudadana, que han hecho ahorrar un 20% en el consumo de agua respecto a 2005, según cifras del Gobierno regional. Eso sí, se mantienen vigentes la prohibición del uso del agua potable para el riego o baldeo de calles y aceras, y el uso de agua para fines de decoración en fuentes que no dispongan de un sistema de recuperación o circuito cerrado, aparatos de refrigeración y vaciado de piscinas. La justificación de tales medidas es que los embalses están llenos en torno al 60% de su capacidad. Sin embargo, organizaciones ecologistas como Greenpeace consideran la medida 'descabellada y arriesgada' porque pone en peligro el abastecimiento de Madrid.

Mientras, el Ministerio de Medio Ambiente lanzará 'dentro de poco' una nueva campaña para fomentar el uso responsable del agua, ante el segundo año de sequía, y cuando las cuencas del Júcar, Segura, Guadalquivir y Alto Tajo siguen siendo las más afectadas por la escasez de precipitaciones.

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