El tejido productivo actual no permitirá alcanzar a la UE, según Cotec
España tendrá que cambiar su modelo productivo si quiere alcanzar a las potencias europeas en intensidad tecnológica. El anuario de la fundación Cotec, presentado ayer, destaca que el aumento del gasto no bastará para la convergencia.
Hay que dedicar más recursos a la I+D, muchos más, pero eso no será suficiente. Para alcanzar la intensidad tecnológica de los países punteros de la Unión Europea (no digamos de Japón o Estados Unidos), España tendrá que afrontar en los próximos años un cambio en su tejido productivo.
El anuario 2006 de la fundación Cotec, presentado ayer en Madrid, resalta que la base empresarial española está excesivamente centrada en sectores tradicionales, poco proclives al esfuerzo innovador. 'Si nuestro tejido productivo no se desplaza hacia sectores de mayor contenido tecnológico y más creadores de valor añadido, sus indicadores no alcanzarán nunca los valores que tienen las economías desarrolladas', explicó José Ángel Sánchez Asiaín, presidente de la fundación dedicada al fomento de la tecnología en España.
El gasto español en I+D alcanzó los 8.946 millones en 2004 (último año del que se tienen datos), después de crecer un 9% interanual. El esfuerzo inversor en I+D, medido en porcentaje de PIB, alcanzó en 2004 el 1,07%, la mitad que en la UE anterior a la última ampliación y la tercera parte que en EE UU o Japón. La cifra española coincide con la de 2003, aunque por un efecto estadístico: ese año el Instituto Nacional de Estadística todavía medía el PIB con base 1995, referencia que cambió al año 2000 en el ejercicio siguiente. De utilizarse el mismo término comparativo, el esfuerzo inversor en I+D llegaría al 1,12% del PIB, es decir, cinco décimas más.
Con todo, las distancias frente a los líderes apenas se reducen. Además, España adolece de una limitada participación del sector privado en el esfuerzo investigador: empresas y sector público se reparten prácticamente el gasto total en I+D, mientras que en la Unión Europea el sector privado es responsable de casi dos tercios del mismo.
Hay un capítulo en el que España sale bien parada: algo más de 100.000 personas (un 5,6% de la población activa) se dedican a la investigación y, si se incluye a los auxiliares superan los 160.000. Sin embargo, el texto de Cotec señala que el gasto por investigador es notablemente más reducido que en los países punteros. Además, sólo tres de cada diez investigadores trabajan en empresas, mientras que en el conjunto de la OCDE lo hace el 64% del total.
Sánchez Asiaín señaló este aspecto como 'quizá el más urgente', puesto que son los investigadores 'los que mejor pueden detectar las oportunidades de negocio que la tecnología ofrece a cada empresa'.
El informe incluye un capítulo de expectativas de los expertos, que refleja una mejora para los meses venideros. El nivel de optimismo en este punto es el más alto de los últimos siete años.
La presentación del informe anual de Cotec contó de nuevo con la presencia del Rey don Juan Carlos, su presidente de honor, quien pidió la colaboración entre académicos y empresas en el esfuerzo investigador.
Por parte del Gobierno la intervención corrió a cargo de Elena Salgado, ministra de Sanidad, quien se comprometió a que el presupuesto público para I+D civil siga creciendo más del 25% anual en lo que queda de legislatura.
Europa como 'parte del problema'
El discurso de Sánchez Asiaín incluyó una reflexión novedosa: al contrario de lo que sostenía Ortega a principios del siglo pasado, Europa podría ser, en el caso de la I+D, parte del problema que sufre España. 'Inexplicablemente', señaló, 'la política científica, tecnológica y de innovación de la UE no ha reconocido todavía' que el mercado hoy es global, y los fondos de apoyo a la investigación 'se siguen distribuyendo como hace 20 años'. Asiaín pidió que se dedique un mayor porcentaje a empresas pequeñas y de sectores no intensivos en innovación. En la actualidad, la inmensa mayoría de los fondos está destinada a grandes empresas de alto contenido tecnológico, una situación que perjudica a países como España, en cuyo tejido productivo no abundan aquellas.Asiaín recordó también que, en los tiempos de la (renovada) Agenda de Lisboa, cuando se quiere hacer de Europa la zona económica más competitiva del mundo, las perspectivas financieras para el periodo 2007-2013 dedican a ciencia, tecnología e investigación la quinta parte de los fondos destinados a ayudas agrícolas. Respecto a las autoridades españolas, los dirigentes de Cotec apuestan por un marco legal y administrativo 'que no levante barreras, ni añada incertidumbres'.El director general de la fundación, Juan Munet, afirmó que la nueva Ley de Quiebras 'estigmatiza a quien se mete en aventuras', y tildó de 'muy viejo' el reglamento del funcionariado dedicado a la investigación. Munet se mostró más conforme con el sistema de incentivos fiscales a la I+D 'del que se aprovechan unas 6.000 empresas, la mayoría pequeñas', aunque pidió una mejora del sistema de gestión de los recursos, que 'a veces dificulta' el acceso a las ayudas.