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CincoSentidos

Una nueva visión de la América precolombina

Todo comenzó en 1983, con ocasión de un trabajo periodístico de investigación que le llevó a la península de Yucatán. El conocimiento de las culturas precolombinas despertó en Charles C. Mann, corresponsal de Science y del Atlantic monthly, un entusiasmo que le ha llevado en los últimos veinte años a informar sobre los nuevos hallazgos de la comunidad científica. Charles C. Mann acerca al gran público el trabajo de antropólogos y arqueólogos en el libro 1491. Una nueva historia de las Américas antes de Colón (Taurus). Con él pretende explorar tres ejes de los nuevos hallazgos: la demografía, los orígenes y la ecología de los indios, que se corresponden con las tres partes del libro.

El objetivo del autor ha sido sacar a la luz la historia oculta de una parte de la historia de la humanidad -'muy interesante, además', precisa-, que ha quedado al margen de los libros de texto. 'Es como si todos esos millones de personas se hubiesen mantenido en el espacio intemporal, en el que nada hubiera ocurrido'.

Mann tiene dos explicaciones para este desconocimiento: en primer lugar, las enfermedades que llevaron los europeos y arrasaron el continente, lo que hizo pensar a los colonizadores que esos paisajes siempre estuvieron despoblados; en segundo, el abismo entre las disciplinas científicas.

El autor habla de civilizaciones que utilizaban complejas técnicas agrícolas

Entre 1500 y 1650, las epidemias se cebaron con el 90% de los habitantes de un continente que representaba la quinta parte de la población del planeta. 'Es el mayor desastre demográfico de la historia', observa Mann, quien para mayor comprensión compara la desgracia con la peste negra que se llevó por delante a un tercio de la población europea. 'Podemos imaginarnos qué pasaría hoy en día si en un periodo relativamente corto de tiempo falleciese una de cada cinco personas del planeta por una enfermedad terrible'.

El libro ofrece una nueva visión sobre la América precolombina. Describe un continente poblado, Tenochtitlán, por ejemplo, tenía más población que cualquier ciudad europea de la época. Habla, además, de ciudades prósperas y civilizaciones que utilizaban complejas técnicas agrícolas, entre ellas, la quema controlada de bosques. Para el autor, el conocimiento de estas teorías, que chocan con la idea de que los indios no intervinieron el territorio, puede ayudar a lograr un desarrollo más sostenible en la Cuenca Amazónica.

Uno de los contenidos más controvertidos de la obra ha sido el préstamo cultural. 'Las distintas culturas que viven juntas acaban entrelazándose durante siglos'. El autor lo ha comprobado cuando ha vivido en Nueva York, los chicos de los distritos asiáticos vestían indumentaria rapera y en los barrios negros, los jóvenes practicaban movimientos de Bruce Lee. Como no creer, entonces, en el flujo cultural entre nativos y europeos, pregunta. Cuando los europeos llegaron al noroeste de EE UU encontraron sociedades más igualitarias que las suyas. 'Hay que leer a Rousseau a Hobbes para darse cuenta de que esas ideas democráticas circularon por toda la élite europea'.

La obra ha sido un best seller en EE UU y se está empleando en cursos universitarios. Tras la acogida, el autor se plantea recuperar el material que tuvo que eliminar para un segundo volumen. 'Lo que he escrito hasta ahora es sólo el prólogo', comenta con humor.

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