'Hay que castigar el empleo irregular de inmigrantes'
Gary Becker asegura que los europeos tendrán que trabajar más años para mantener sus actuales Estados de bienestar. Y cree que Europa debería controlar mejor su inmigración para hacerla regular y más cualificada
Gary Becker (1930, Pottsville, Pennsylvania) no es un economista al uso. Ha empleado toda su vida en aplicar la teoría económica a comportamientos humanos poco economicistas como el matrimonio, la educación, la natalidad, el divorcio o el crimen. Recibió el premio Nobel de Economía en 1992. Ayer estaba en Madrid donde impartió una conferencia en la Fundación Rafael del Pino.
Europa tiene un grave problema con el envejecimiento de su población, que afecta sobre todo al gasto en pensiones. ¿Cree que es el principio del fin de los Estados del bienestar europeos?
El problema del envejecimiento en todo el mundo se agrava a medida que la gente vive más tiempo y esto está ejerciendo mucha presión sobre el gasto público de los sistemas de pensiones. Por tanto, se puede decir que también estos sistemas están envejeciendo y van a traducirse en cambios de los sistemas de protección social, eso es seguro. Otra cosa segura es que la gente tendrá que trabajar más tiempo. Reino Unido acaba de decidir una prolongación de la vida laboral. Y este problema también lo tiene EE UU, y eso que allí trabajamos hasta más tarde. Pero el problema es mayor en Europa.
'El Gobierno español comete un grave error subiendo el salario mínimo'
¿Qué otros riesgos ve en la economía europea?
Se debe afrontar firmemente el problema de la inmigración de Europa del Este y del norte de África. La presión será cada vez mayor. Europa debe enfrentarse a ello y escoger si canalizará esta situación con inmigración legal o irregular.
¿Cree usted que la inmigración es más un problema o una solución para Europa, dado el envejecimiento de su población?
Es en parte una solución porque los inmigrantes suponen mano de obra joven dispuesta a trabajar mucho, pero pueden también crear problemas como la elevación de la tasa de criminalidad o de drogadicción o generar disfunciones del Estado del bienestar. La inmigración no es toda positiva ni toda negativa. Para la vieja Europa puede ser más positiva que negativa, pero sería mejor si pudiera estar más regulada y si los inmigrantes que llegan estuvieran más cualificados. Eso es lo que estamos intentando en Estados Unidos y debería hacerlo Europa. Si lo conseguimos la inmigración será una buena solución a muchos problemas.
¿Cuál es entonces su propuesta para atraer a la inmigración legal?
La inmigración ilegal es un grave problema para muchos países. No hay una solución perfecta. Se puede mejorar el control de fronteras pero siempre habrá inmigrantes que lo sorteen con un simple visado de turista. Así que el control fronterizo puede ayudar pero no es la solución. Si un país quiere frenar de verdad la inmigración irregular, lo mejor que puede hacer es castigar a los empresarios que empleen a inmigrantes irregulares. Hay que castigar el empleo irregular y seguir muy de cerca si los inmigrantes tienen toda su documentación en regla.
El Gobierno español regularizó en 2005 a medio millón de inmigrantes, ¿cree que fue una decisión adecuada?
Bueno, eso es una especie de amnistía empresarial. En EE UU hay entre ocho y diez millones de inmigrantes irregulares y ya se han hecho varias amnistías en 1987, a principios de los noventa y se va a volver a hacer ahora. Pero si decides regularizar a estos inmigrantes, a la vez hay que adoptar una política más severa de control de la documentación del inmigrante y de los empresarios. Y en esta tarea no se puede ser permisivo. Aunque la única manera de que todo funcione razonablemente bien es encontrar empresarios que empleen a inmigrantes regulares.
Y qué opina de aquellos que defienden que lo más beneficioso sería promover la contratación en origen de estos inmigrantes y fomentar su regreso cuando termine el trabajo que están realizando?
Es una opción, pero si ya hay muchos inmigrantes ilegales y se pretende disuadir a otros para que no vayan, la mejor manera es que sepan que si son empleados de forma irregular se va a localizar a esos empresarios y se les va a castigar, y así sabrán que les será más difícil encontrar un empleo.
Usted es un firme detractor de la existencia de un salario mínimo. El Gobierno español está aumentando el salario mínimo interprofesional hasta los 600 euros al mes, ¿cree que es un error?
Sí. Pienso que es un error. Creo que los salarios mínimos hacen más difícil que los trabajadores menos cualificados encuentren empleo, con lo que terminan en el paro cobrando un subsidio o en la economía sumergida. La competencia debería ser la que determine el nivel salarial.
'No veo riesgo de recesión mundial a corto plazo'
Definitivamente, Gary Becker no se ha contagiado de quienes últimamente empiezan a ver un futuro más negro para la economía. 'No veo grandes riesgos para la economía mundial, que ha ido maravillosamente bien en los últimos cuatro años, con crecimientos positivos en la práctica totalidad de los países', asegura este Nobel de Economía. Si bien admite que 'no se pueden mantener el crecimiento económico en los niveles actuales'. Por ello, se plantea que 'la cuestión es qué tipo de ajustes veremos: drásticos o más suaves'. En su opinión 'de momento, las cosas no van mal: la inflación está subiendo un poco, aunque no será un problema serio; y los mercados inmobiliarios que estaban alentados por los bajos tipos están desinflándose, y eso es bueno'. Aunque considera arriesgado hacer previsiones a dos años vista, Becker asegura que 'no va a haber una recesión a corto plazo, me sorprendería mucho ver una recesión de aquí a dos años'. Y añade: 'no encuentro ninguna evidencia que diga que se va a producir una drástica desaceleración'. Becker es aún más optimista con respecto a EE UU: 'lo está haciendo muy bien, a pesar de los fuertes déficit que registra su economía', indica. 'Tiene un crecimiento de la productividad muy fuerte, que es la clave de su éxito. Se registrará una desaceleración del crecimiento, y no puedo decir cuánto ni cuándo, pero no será drástica'.