Ambisat patenta un hormigón a partir de lodos de depuradora
La consultora ambiental Ambisat patenta y desarrolla un sistema para reciclar el fango que queda como desecho del depurado de las aguas residuales urbanas. La empresa les da salida mediante su uso en la construcción de elementos de baja resistencia en obras públicas.
El objetivo del reciclaje es deshacerse de un residuo utilizándolo para producir un nuevo elemento. El papel produce papel, las botellas de plástico, forros polares, y dentro de muy poco, el lodo se convertirá en baldosas para las aceras. Ese es el objetivo del producto patentado por la consultora ambiental Ambisat, producir hormigón mezclando cemento, cal y el fango que se acumula tras la depuración de las aguas residuales de las grandes ciudades.
El fuerte crecimiento de los grandes núcleos urbanos en los últimos años ha generado un aumento del número de depuradoras que les dan servicio y, en consecuencia, un incremento de la producción de lodos. Este fango constituye un residuo al que sólo se podía dar salida trasladándolo al vertedero, incinerándolo o como fertilizante agrícola. Este último uso, más ecológico y rentable que el almacenaje y la quema, se hace imposible en el momento en que se acumulan determinadas sustancias, como metales pesados, que contaminan el cieno.
El objetivo de este proyecto es utilizar los lodos para la construcción de elementos de baja resistencia en obras públicas. No puede utilizarse para vigas ni para piezas que soporten mucha presión porque tiene la resistencia del llamado hormigón pobre. Al contrario que los fertilizantes, esta argamasa mejora cuantos más metales pesados contenga el fango porque gana en resistencia. Es útil para baldosas, para apantallamientos acústicos o quitamiedos y separaciones en autovías y carreteras. Según Rafael de la Fuente, director general de Ambisat, 'este material absorbe la energía de un impacto en carretera destruyéndose. Esta reacción minimiza la deformación del vehículo y las lesiones de motoristas'.
Su fabricación es 'tremendamente sencilla', según de la Fuente, porque carece de gastos adicionales económicos y energéticos, con la consiguiente reducción efectiva de emisiones de CO2 a la atmósfera. Tampoco requiere de la aplicación de tecnologías que no estén ya en el mercado. Se adecuan a la política del Ministerio de Medio Ambiente y al de Agricultura, que prefieren el reciclaje de lodos frente a la incineración.
Sin embargo, esta patente aún no puede comercializarse totalmente porque se haya en periodo de investigación. Al utilizarse un residuo tóxico, deben comprobar que no existen riesgos para la salud humana en su uso o en caso de rotura. Piensan analizar su comportamiento como absorbente acústico.
Innovación en el campo medioambiental
Rafael de la Fuente quería diferenciarse de las demás consultoras ambientales cuando decidió crear Ambisat en 2003, después de cursar un MBA en el Instituto de Empresa. Su campo es la gestión y planificación del agua y decidió introducir la herramienta de la teledetección por satélite como su valor añadido, que permite hacer seguimientos de evolución de ríos.De la Fuente entiende que su empresa 'tiene una fuerte vocación por la innovación' que sea aplicable al medio ambiente. Ambisat tiene 18 empleados, que provienen de distintas especialidades de ingeniería: industriales, caminos, agrónomos pero también abogados y economistas, con una media de 14 años de experiencia en la consultoría medioambiental.Ambisat facturó 800.000 euros en 2005 y sus previsiones planean llegar al millón de euros este año.