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Inmobiliarias

La opa sobre Colonial da más gasolina al sector

El auge del sector inmobiliario parece no tener fin. Cuando las recientes caídas en Bolsa parecían refrendar que la altura de las cotizaciones de estas empresas carecía de lógica, una nueva operación sacude el mercado. La opa de Inmocaral sobre el 100% de Colonial, la inmobiliaria controlada por La Caixa (39,37%), ha dado nuevos bríos a un sector marcado por el aterrizaje del ciclo inmobiliario y la subida de tipos.

Inmocaral ofrece por Colonial 63 euros por acción, muy por encima del precio al que los expertos valoran los títulos de la catalana (en torno a 46 euros) y un 15% sobre lo que valían antes de presentarse la oferta. Tanto el precio ofrecido (3.700 millones) como el que la oferta se extienda a la totalidad del capital (lo que da idénticas posibilidades a todos los accionistas), lleva a los expertos a recomendar acudir a la opa. El éxito parece garantizado.

Como era previsible, los títulos de Colonial se dispararon tras el anuncio de la operación el pasado martes, con una subida de más del 9%. Con este impulso acumula un aumento en el año del 28,76%.

La impresión general es que las compañías están caras y cotizan muy por encima del valor de sus activos

Los inversores también pueden salir beneficiados de la batalla entre los accionistas de Metrovacesa, con dos opas parciales competidoras por el capital de la inmobiliaria, la de la familia Sanahuja, que ofrece 78,1 euros por el 20%; y la del presidente, Joaquín Rivero, que ha respondido al envite de los Sanahuja con otra opa por el 20% y está dispuesto a pagar 80 euros por acción. En este caso, los analistas también recomiendan acudir y lo lógico parecería ir a la que ofrezca más precio.

'Parece claro que el sector todavía despierta interés', apunta María Martínez, analista de Espirito Santo, que cree que 'Urbis se perfila como próximo objeto de opa'. Pero la pregunta que se hacen los analistas es cómo se pagan primas tan considerables, por muy de control que sean, por empresas que, después de liderar durante mucho tiempo las subidas de la Bolsa, muestran ya síntomas de fatiga.

'La operación pone de relieve que la excesiva atomización del sector tiene que terminar en un proceso de consolidación', señala Alberto Alonso, de Inversis. El hecho de que Fadesa sea la inmobiliaria con más cuota de suelo con tan sólo un 1% del mercado da idea de esta atomización y de la necesidad de ganar tamaño, un objetivo que parece tener muy en cuenta el empresario sevillano Luis Portillo. Un año después de hacerse con Inmocaral, prácticamente un chicharro en Bolsa, Portillo aspira nada menos que a consolidarse entre los grandes. Si triunfa, la nueva Inmocaral se sitúa de un sólo golpe por detrás de Metrovacesa, que vale en Bolsa 7.634 millones. Claro que una cosa es la capitalización y otra diferente el valor de los activos netos. La ampliación de capital de 2.700 millones realizada por Inmocaral en mayo daba alguna pista sobre las intenciones de Portillo, que cuenta en su aventura con Domingo Díaz de Mera, los grupos Nozar y Reyal, Alicia Koplowitz o Rafael del Pino. La presencia de nombres como estos en el capital de las inmobiliarias es para muchos uno de los atractivos del sector. Alberto Alonso, de Inversis, considera que 'el inversor percibe positivamente el interés de las grandes fortunas y la existencia de consejos fuertes'. En cualquier caso, 'la consolidación está en marcha y a corto plazo puede alimentar de nuevo las cotizaciones', opina Pablo Mañueco, de AFI.

La impresión general, no obstante, es que las inmobiliarias están caras y cotizan por encima de lo que deberían respecto al valor de sus activos, por lo que, más allá de movimientos corporativos, el recorrido al alza a medio plazo es más bien limitado. Prueba de los recelos que despiertan es el escaso entusiasmo con el que el mercado ha recibido los últimas estrenos en el parqué. En menos de tres meses, han salido a cotizar tres empresas del sector. Otras tantas (Realia, Riofisa, MedGroup o Marina d'Or) lo harán antes del verano.

Pero a excepción de la valenciana Astroc, la única que sube desde su salida a Bolsa, las otras dos debutantes del año, Renta Corporación y Parquesol han dejado un amargo sabor de boca a los inversores. Hay que tener en cuenta que Astroc salió a Bolsa con una tasación mucho menos exigente que la de Renta Corporación y Parquesol, que salieron muy caras respecto a sus competidoras. Probablemente porque se intuye que el techo del ciclo inmobiliario está próximo, estas empresas se han apresurado a cotizar para realizar las plusvalías acumuladas durante los años del boom. 'Es la manera que tienen los accionistas de estas empresas de realizar sus inversiones y aprovechar las buenas valoraciones antes de que la cosa vaya a peor', señala Mañueco. Lo único que parece claro es que el futuro no se presume tan brillante como el pasado.

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