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Banca

Un objetivo que se cumple siete años después

Josep Oliu lo ha conseguido. El presidente del Banco Sabadell reconoció ayer que se fijó en el Urquijo 'hace siete años'. Y no sólo se fijó, sino que llegó a presentar una oferta para su compra cuando los March eran los dueños de esta entidad de banca privada. Pero sin previo aviso llegó un grupo desconocido en España, el belga KBC. Puso sobre la mesa 390 millones, y Oliu no pudo superar la oferta.

Como dice el refrán: quien la sigue la consigue. Oliu volvió a recuperar su sueño: comprar el Urquijo precisamente a quien se lo había arrebatado siete años antes.

Desde que se conoció la noticia de que JPMorgan tenía el mandato de venta del banco, el Sabadell no escatimó tiempo y dinero. No podía dejar escapar su presa. Por ello, el precio que inicialmente presentó por el Urquijo era mucho menor. La táctica: convencer al mercado de que esta operación no era estratégica para el Sabadell, 'no estamos dispuestos a pagar locuras', repetían sus directivos al mercado.

Al final, el Sabadell se ha adjudicado el Urquijo por 760 millones, un precio considerado hasta por el propio Oliu como 'alto', aunque justificado. El vendedor inicialmente lo valoró en 500 millones y el Sabadell en 321 millones (sin prima ni sinergias). Lo cierto es que el Sabadell quería ese banco, costase lo que costase. El último y único que estaba en venta en estos momentos. Para ello ha empleado todas las tácticas posibles, y ha subido su oferta dos veces. Oliu llegó a confesar a su equipo en los últimos días que el Urquijo se les iba de las manos.

Ha pujado más que sus competidores y se ha llevado el Urquijo, el quinto banco que integra en el grupo en 10 años. El Sabadell quiere entrar en el club de los grandes, y va arañando terreno al Popular. Pero las distancias son largas y costosas y el talón tiene un límite.

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