Las plagas no tienen fronteras
Las rutas comerciales fomentan las epidemias exóticas
En la isla de Reunión, colonia francesa en el Índico, hay un virus más temido que la gripe aviar. Se llama Chikungunya y va en lomos de mosquitos. Allí ha matado a 100 personas; en Europa ya se han detectado algunos casos, aunque ninguno mortal. Las plagas se propagan en el mundo gracias al desarrollo de rutas comerciales entre países exóticos, de unos a otros.
'Falta concienciación entre los comerciantes y los empresarios', lamenta Milagros Fernández de Lezeta, directora de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla). 'Tiene que haber una epidemia en algún país concreto, y que este adopte una alerta sanitaria, o que el Gobierno imponga alguna norma para que tomen medidas'.
El Chikungunya sólo resulta mortal en personas vulnerables, y aún no se ha detectado en España, pero Anecpla recomienda mejorar los mecanismos de control en los puertos de entrada, vigilar a las personas que provienen de las zonas afectadas y controles exhaustivos en el traslado de plantas y ganado.
Es el procedimiento habitual con las plagas que llegan por vía comercial. El verano pasado se detectó en Sant Cugat del Vallés (Barcelona) una colonia de mosquitos tigres, que producen dolorosas picaduras, aunque no transmiten enfermedades. Anecpla sospecha que llegaron a bordo de neumáticos o de bambú de la suerte, una planta china.
'Hay que extremar las precauciones, por ejemplo, con la ropa o los muebles asiáticos', señala Fernández de Lezeta. 'Hace poco encontramos chinches en el mobiliario de un hotel importante, proveniente de Asia, precisamente'. Las especies de otros países no son ni más ni menos peligrosas que las de los nuestros, 'el problema es que no estamos acostumbrados a ellas', explica Fernández de Lezeta, 'y que sus controles son mucho menos estrictos que aquí, por lo que las plagas se expanden más fácilmente'.
Viento de infección
A veces a la marabunta le basta con el viento o la lluvia para propagarse. El caso más sonado es la plaga de langostas que invadió las Islas Canarias desde África a finales de 2005.
Un episodio aún sin resolver es el de la enfermedad de la lengua azul, que afecta a los rumiantes y se transmite por medio de la picadura de mosquitos.
Pero lo que no se sabe es cómo llegó a la Península, si a través de animales o semen infectados, o a través del viento procedente de Marruecos.
Ojo a la madera
Los seres vivos no son los únicos que transmiten plagas. La FAO alerta del riesgo de propagación de plagas forestales mediante la circulación de madera y sus derivados.El organismo de la ONU sospecha que varios insectos causantes de la muerte de árboles en América del Norte llegaron en material de embalaje enviado desde Asia.Y como lo que es común para unos es exótico para los otros, también se cree que el escarabajo rojo del pino, que hace estragos al norte de China, procede de América del Norte.Para reducir el riesgo, desde 2002 hay una norma internacional relativa a los embalajes de madera. En España el Ministerio de Agricultura puso en marcha un programa conforme a dicha norma.