Eiffage impide a Sacyr superar el 30% de derechos políticos durante dos años
Sacyr tendrá que quedarse con el poder de decisión recortado y anclado en el 30% en Eiffage durante dos años. Así lo mandan los estatutos de la tercera constructora francesa, lo que aboca al grupo español, primer accionista, a buscar aún más apoyos en el resto del accionariado.
La batalla de Sacyr Vallehermoso por ganar poder en la francesa Eiffage se complica. La constructora española no podrá ejercer los derechos de voto del 33,3% que le da su participación del 32,2% en el capital de su competidora hasta dentro de dos años.
La compañía que preside Jean-François Roverato suspendió el pasado 19 de abril, el mismo día de la junta de accionistas, más del 3% de los derechos políticos de Sacyr y los rebajó al 30,12%. Esa misma junta impidió, apoyada en la ley francesa, la entrada en el consejo de Sacyr, que pidió cuatro vocales.
Roverato, con el apoyo de los empleados accionistas de Eiffage (tienen un 20%), pretextó que el grupo español había comunicado con retraso la compra del primer paquete en la empresa, del entorno del 4%. Y eso se penaliza con la suspensión de los derechos de voto correspondientes a esa parte. Así recortó el poder de decisión de Sacyr.
La estrategia estaba ya planificada. Y así lo demuestra el que el grupo francés comunicara un día antes de la junta al supervisor (Autorité des Marchés Financiers) un recordatorio de lo que dicen sus estatutos sobre los derechos en suspenso. Según el texto, la 'privación del derecho de voto se aplica a todas las juntas de accionistas' que tengan lugar en los 'dos años siguientes a la fecha' en que el accionista presente en condiciones la notificación de su participación.
El retraso del grupo español en comunicar la primera adquisición en Eiffage coincidió en el tiempo con la adjudicación a la francesa y al grupo australiano Macquarie de la segunda empresa de autopistas, Autoroutes Paris-Rhin-Rhône (APRR) que privatizó el Gobierno francés. Sacyr ha dejado claro que uno de los principales atractivos de la constructora gala es su peso en este negocio, en el que el grupo quiere crecer.
Ahora, la principal consecuencia de que tenga anclados en el 30% sus votos en la constructora francesa durante dos años es que estará obligada a multiplicar sus esfuerzos para lograr aún mayores apoyos del resto de accionistas. Así podría superar el 32% que tiene el núcleo orquestado por Roverato (el 20% de los empleados, el 5% de la Caisse des Dépôts y el 6% del inversor belga Albert Frère). Y aunque Sacyr seguirá manteniendo la posibilidad de vetar decisiones de la junta no podrá sacar adelante ninguna propuesta por no tener votos suficientes. Si bien, su intención no es provocar una asamblea extraordinaria, aseguran fuentes de la empresa. De momento, la única solución que se plantea Sacyr es convencer a Roverato y a los accionistas que le apoyan de que es necesario que entre en el consejo.
En el capital, no puede elevar su peso porque está en el umbral que exige lanzar una opa y si lo decidiera, la ley le impide hacerlo en un año. Además, Sacyr ha rechazado que analice ahora una oferta.
12 millones en el aire por el 'no' al puente de Messina
El anuncio del Gobierno italiano de que no se construirá el puente colgante más largo del mundo en Messina (Sicilia) ha supuesto un jarro de agua fría para Sacyr. En el consorcio que iba a construirlo y que encabeza la constructora italiana Impregilo, el grupo que preside Luis del Rivero tiene el 18,7%. Pero la decisión, aún no comunicada a las empresas, tampoco ha sido una sorpresa porque constaba en el programa electoral del Romano Prodi, nuevo presidente. A esto se une que, como establecen en general los contratos de concesión, está fijada una indemnización por el no al puente.Sólo en presentar el proyecto para pujar por esta faraónica obra el consorcio, que derrotó a Ferrovial y Astaldi, invirtió 12 millones. Algo más de dos corresponden a Sacyr. A esto se uniría un pago por los meses de trabajo desde que Italia firmó el contrato, en marzo pasado. Pero todo está por negociar.