El consejo de Acerinox cobró un 40% más en 2005 pese a la caída de los resultados
Los consejeros de Acerinox vieron crecer el año pasado su remuneración global un 40,7%, hasta los 4,095 millones de euros, frente a los 2,91 millones que percibieron en 2004. Una mejora sustancial que se produjo, precisamente, en un ejercicio que el gigante del acero inoxidable cerró con una caída del beneficio del 50,7%, provocada principalmente por los precios de las materias primas, como el zinc.
Los principales beneficiarios de la mejora retributiva fueron los consejeros ejecutivos de la empresa: el presidente Victoriano Muñoz y los consejeros David Herrero y Rafael Naranjo. Los tres percibieron en conjunto 3,34 millones, un 50,6% más que en el ejercicio precedente, según consta en el informe de gobierno corporativo de la compañía.
La mejora para los consejeros dominicales fue del 28,3% (el consejo se amplió en una persona) y la del externo José Luis Lejeune, del 1,3%. Por contra, los tres independientes cobraron un 29,4% menos que en 2004. Por su parte, los miembros de la alta dirección que no forman parte del consejo de administración, y que pasaron de tres a cinco, cobraron 2,11 millones, prácticamente el doble que el año anterior. Un total de nueve miembros de la alta dirección, incluidos consejeros ejecutivos, cuentan con cláusulas de blindaje en caso de despido.
Desde la compañía justificaron la diferencia de retribuciones entre un ejercicio y otro tanto por la ampliación del consejo como por un mayor número de reuniones de sus miembros. De hecho, la parte variable de la remuneración del máximo órgano de administración de Acerinox pasó de 1,078 a 2,17 millones de euros.
En principio, y hasta el año 2008, está previsto que la remuneración del consejo de administración de la siderúrgica se actualice anualmente de acuerdo con el IPC. Según sus estatutos, los consejeros perciben una asignación fija mensual de 3.500 euros, con 14 pagas, más 1.500 euros en dietas por asistencia a los consejos y comités. Los consejeros ejecutivos cobran un fijo adecuado a sus responsabilidades, una parte variable y los incentivos que también percibe la alta dirección.