Telecentros, historia de un instrumento clave contra la brecha digital
Colectivos desfavorecidos, zonas rurales o personas que por su nivel económico o simplemente por desconocmiento no se acercan a las nuevas tecnologías están entre el público habitual de los telecentros, establecimientos que en los últimos diez años han madurado en España hasta constituir varias redes de ámbito local y estatal que luchan contra la brecha digital desde la base. Sobre ellos, su pasado presente (en la actualidad hay más de 3.000 en todo el país) y futuro, habla Las redes de telecentros en España. Una historia para contar§, de la periodista especializada en tecnología Karma Peiró.
El contacto con los responsables de las diferentes redes de establecimientos de acceso público a Internet permite a la autora de Las redes de telecentros en España descubrirnos poco a poco que estos establecmientos son mucho más que simples cibercafés gratuitos. Su objetivo es incidir en la vida social, cultural y económica del territorio en el que operan a través del conocimiento de las tecnologías de la información y de la conexión a las redes de comunicaciones.
La obra de Karma Peiró empieza buscando una definición de telecentro, consultando para ello a responsables de diferentes redes y establecimientos de España, siendo la más común la que dice que es un espacio que cuenta con equipos informáticos conectados a la Red en el que personas con formación específica ofrecen la conexión a Internet, realizan el mantenimiento del centro y actividades (sobre la Red en general, búsqueda de empleo, trámites con la administración, seguridad...) a las que la población accede de forma gratuita o a un precio muy bajo.
Desde su nacimiento en los años 80 en EE UU y Suecia queda claro que el objetivo de estos lugares es la lucha contra la brecha digital que amenaza con excluir de las corrientes de desarrollo a quienes no tienen acceso a las nuevas redes de comunicación, además de permitir la dinamización de la vida social, cultural y económica a través de la tecnología. En España, esos orígenes son mucho más tardíos, pues el primer telecentro se abre en 1997 en Gordexola (Vizcaya) y la primera red que une a varios se constituye formalmente en Asturias en 2000.
El estudio, patrocinado por el Gobierno del Principado de Asturias y la Fundación CTIC cuyo director para Sociedad de la Información, Francisco Prieto, ha coordinado el trabajo- se para a analizar también la eficacia de este tipo de proyectos, las diferentes formas en que puede valorarse su rentabilidad: extensión de la sociedad de la información entre la población en la que operan, lograr la igualdad de oportunidades efectiva, reducir las diferencias entre el medio urbano y el rural, creación de redes de cooperación...
También se repasa el modelo de funcionamiento más de una docena de redes de telecentros existentes en España, que operan a nivel nacional, autonómico -en la actualidad hay al menos una red en cada una de las 17 comunidades autónomas españolas- y regional, y se explica porqué el funcionamiento de estos proyectos adquiere un mayor valor cuando varios establecimientos se conectan entre si y adquieren una gestión coordinada. Pero destaca la importancia de una buena selección de los profesionales que trabajan en los telecentros, dedicándoles un capítulo en los que se habla de su formación y dándoles voz para que relaten su experiencia directa con los usuarios de los servicios disponibles.
Buena parte de la obra, que puede descargarse o solicitarse desde http://www.asturiastelecentros.com/, analiza esta oferta partiendo de los talleres formativos y actividades que han resultado de mayor utilidad en cada una de las redes consultadas, tanto para ciudadanos como para empresas o colectivos desfavorecidos. Peiró destaca también el papel que juegan las redes de telecentros en el impulso del teletrabajo en aquellos casos en los que éste tiene sentido, así como de los diferentes servicios de la administración electrónica, que para muchos sería inaccesible sin estos establecimientos. Los retos de futuro, por último, explicados por los responsables de los centros, dan una visión del papel que deberán jugar en los próximos años, con el punto común de la Comunidad Nacional de Telecentros, creada en septiembre de 2005.