Bruselas acusa a la banca de cobrar comisiones abusivas por las tarjetas
El sector financiero está ingresando cada año miles de millones de euros de más gracias a las comisiones desproporcionadas que impone a comerciantes y consumidores por la utilización de las tarjetas de crédito. La CE acompañó ayer esta acusación de una seria amenaza para que las entidades pongan fin al abuso o se enfrenten a sanciones millonarias.
Las tarjetas de crédito y de débito se han convertido en un lucrativo negocio para el sector bancario hasta el punto de que, según la Comisión Europea, el 25% de sus beneficios procede ya de ese servicio. El problema, según la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, es que ese rendimiento no sólo es 'excesivo' sino que, además, se ha basado en unas comisiones 'desproporcionadas e inaceptables'.
'Los emisores de tarjetas tienen demasiados beneficios y vamos a enfrentarnos a ellos', amenazó Kroes durante la presentación de los resultados preliminares de una investigación del sector.
La comisaria advirtió que sólo Alemania y Holanda, su país de origen, cuentan con un sistema de pagos que se pueda considerar competitivo. En el resto de países, existen barreras estructurales y técnicas que frenan la competencia y permiten un incremento desproporcionado de las comisiones por la utilización de tarjetas.
'Las comisiones se han convertido en una especie de impuesto que grava la actividad comercial'
En España, en concreto, los sistemas electrónicos de pago presentan, según la CE, una excesiva integración vertical, porque los emisores de tarjetas controlan no sólo el sistema de pago sino también todos servicios técnicos y financieros aparejados.
La principal embestida de la comisaria apunta, sin embargo, a Visa y Mastercard. La CE acusa a los dos sistemas internacionales de pago electrónico de imponer a los comerciantes unas comisiones que superan hasta en un 40% las de los sistemas de débito nacional.
'Las comisiones se han convertido en una especie de impuesto sobre la actividad comercial de las tiendas', fustigó ayer Kroes. 'Como media, llegan a inflar los precios en un 2,5%'. Por su parte, Visa Europa señaló ayer en un comunicado que 'los intentos de los reguladores de intervenir selectivamente en países europeos en la fijación de las tarifas de intercambio lastran el impulso hacia el mercado único de pagos'.
La comisaria concede a la industria diez semanas para defenderse de los cargos detallados en un devastador documento de 185 páginas. Y advierte que su departamento actuará por la vía reguladora y disciplinaria, previsiblemente en 2007, contra todas las entidades que persistan con su conducta abusiva.
'La política de competencia dispone de poderosos instrumentos para hacer que se cumpla la ley', amenazó Kroes. La comisaria puede imponer multas de hasta el 10% de la facturación mundial de una compañía si su departamento cree que se ha violado la competencia.
En este caso, las cifras pueden alcanzar un nivel descomunal porque el sector factura más de 1,3 billones al año en la UE. Bruselas calcula que, sólo en comisiones de comerciantes, el sector ingresó 25.000 millones en 2005.
'Hace falta un rival europeo de Visa'
Negocios como una floristería o un pequeño restaurante son las principales víctimas de las comisiones que gravan en Europa los sistemas de pagos electrónicos. El informe sobre el sector presentado ayer por la Comisión Europea señala que las pequeñas y medianas empresas abonan hasta un 70% más por utilizar los servicios de Visa o Mastercard. La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, cree que el duopolio que disfrutan estas dos compañías estadounidenses les permite mantener ese elevado régimen de comisiones en Europa. 'Necesitamos imperiosamente un sistema europeo de tarjetas que compita con Visa y Mastercard', reclamó ayer Kroes al sector.La comisaria también lamenta la ausencia de un estándar europeo que permita integrar los sistemas nacionales de pago. 'La creación de un estándar común es un paso esencial para impulsar la competencia', opina la comisaria de Competencia. De hecho, el equipo de Kroes se muestra partidario de dar tiempo al sector para desarrollarlo, pero no descarta la intervención comunitaria si no se producen avances. 'Ahora, los estándares nacionales incluso son secretos', lamenta Kroes.