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Italia

Prodi deberá hacer frente a una deuda pública en máximos

Romano Prodi ha asegurado que su coalición tendrá la fuerza suficiente para llevar a cabo las grandes reformas económicas que necesita Italia. Ayer se supo que la deuda pública italiana sigue disparándose y alcanza 1,54 billones de euros, muy cerca de su récord. Silvio Berlusconi sigue sin aceptar la victoria de Prodi.

El futuro primer ministro italiano, Romano Prodi, tiene un claro reto en materia económica: revitalizar la economía menos competitiva de Europa. Para ello, una de sus prioridades deberá ser atajar la abultada deuda pública italiana.

Sin embargo, Prodi no recibió ayer noticias alentadoras en esta materia. El banco de Italia indicó que la deuda pública italiana se situó en enero en 1,544 billones de euros, tras crecer un 5% respecto al mismo mes del año anterior. Este volumen de deuda roza el máximo histórico registrado en julio de 2005, cuando alcanzó los 1,507 billones de euros.

Así, se prevé que la deuda italiana supere el 110% del Producto Interior Bruto (PIB) este año y, según datos de la OCDE, lejos de reducirse, Italia aumentará su deuda hasta el 114% del PIB en 2010.

Tras la victoria de la coalición de centro izquierda, el precio y la rentabilidad de los bonos a diez años no ha experimentado hasta el momento ningún cambio significativo.

Por todo ello, una de las primeras tareas de Prodi será tomar medias para recortar este nivel de deuda y convencer a las agencias de calificación de que sus intenciones de atajar este problema son serias. De momento, la agencia Standard&Poor's ha dado de plazo al nuevo gobierno hasta finales de año para adoptar medidas que reduzcan la deuda para evitar un segundo recorte a su nivel de solvencia desde el lanzamiento del euro. En esta misma línea, la agencia Fitch indicó también ayer que daría al nuevo ejecutivo 'unos meses' antes de decidir si rebaja su calificación.

En este escenario, Prodi deberá hacer lo necesario para reducir la deuda y el déficit público, que con toda seguridad superará este año, por cuarto ejercicio consecutivo, el objetivo comunitario del 3% del PIB. Lograr estos objetivos será difícil, si el futuro Ejecutivo quiere cumplir también la promesa electoral de rebajar los impuestos al empleo durante el primer año de contratación y recortar 10.000 millones de euros las aportaciones de empresarios y trabajadores a los sistemas de pensiones.

Según distintos cálculos, estas rebajas, reducirán los ingresos fiscales en casi un 1% del PIB, recortando sustancialmente el margen de maniobra para las reformas.

Para compensar esta menor recaudación fiscal, los progresistas han prometido elevar el impuesto sobre la renta del capital por la venta de activos financieros del 12,5% al 20% y restablecer el impuesto de sucesiones (eliminado por Berlusconi) a las herencias que superen el millón de euros. Además, Prodi dijo ayer que 'creará las condiciones para que los mercados financieros acepten a este gobierno'.

Futuras dificultades

La dificultad de acometer las reformas económicas necesarias se agrava si se tiene en cuenta la debilidad numérica que tendrá la coalición de centro izquierda, la Unión, en el Senado, para sacar adelante las leyes (sólo dos senadores de ventaja). A esto hay que añadir la heterogénea composición de la coalición progresista que reúne a grupos de centro y extrema izquierda.

De hecho, en dicha coalición se encuentran los miembros de Refundación Comunista, partido que ya en 1998 fue el causante de que Prodi dejara de ser primer ministro, por retirarle su apoyo, dos años después de llegar al cargo. En aquella ocasión los comunistas rechazaron apoyar a Prodi por su intención de acometer distintos recortes en las políticas sociales.

El futuro primer ministro cree que esto no volverá a ocurrir 'porque el programa se ha discutido antes de las elecciones'. En una rueda de prensa ofrecida ayer, Prodi precisó que a la hora de formar gobierno tendrá en cuenta a los 16 partidos que forman la Unión, 'pero con una fuerte impronta del primer ministro'.

La formación del Gobierno, dentro de un mes

El vencedor de las elecciones generales en Italia, Romano Prodi, explicó ayer que tendrá que esperar un mes para formar su gobierno. Según el calendario previsto, deberá ser el nuevo presidente de la República el que encargue a Prodi la formación del Ejecutivo. El sustituto del actual presidente, Carlo Azeglio Ciampi, la decidirá el Parlamento los próximos 12 y 13 de mayo. Mientras tanto, el Ministerio del Interior sigue sin dar por ganador a Prodi de forma oficial. Esto está siendo aprovechado Silvio Berlusconi, que sigue apelando al recuento de votos para aceptar su derrota. Ayer, los conservadores denunciaron la desaparición de 30.000 papeletas de emigrantes que votaron en Suiza y la policía encontró 900 papeletas de voto en la basura, tiradas 'por error'. Prodi dijo 'no temer' este recuento.

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