El diseño español abre tiendas en el mundo
Son pocos, pero están en los rincones más selectos del lujo
En la ruta que unía en París el palacio del Louvre con las caballerizas reales allá por el siglo XVII, más exactamente en la hoy llamada calle De la Sourdière esquina con la tan comercial calle Saint Honoré, no están ni Christian Dior ni Chanel, sino la primera y, de momento única, tienda en París del catalán Josep Font. Este es sólo un ejemplo de como desde Grecia a Lisboa, pasando por Dubai, Moscú, Shanghai, Tokio o Nueva York, el diseño español se hace un hueco. En los rincones más emblemáticos y, a veces, recónditos del mundo es posible comprar moda made in Spain. Eso sí, a modo de ejemplo, de la veintena larga de diseñadores consagrados que desfilaron en la última pasarela Cibeles, tienen tienda propia fuera de España Ágatha Ruiz de la Prada, Kina Fernández, Andrés Sardá y poco más.
Una de las últimas inauguraciones fuera de España la ha protagonizado la colorista De la Prada, que a finales del año pasado abrió tienda en el Soho neoyoquino (en el 135 de Wooster Street). Curiosamente, su explosión de color está muy cerca de una tienda que es toda una oda al negro, Costume National y muy cerca de otros españoles como Camper, Custo o Jaime Mascaró.
En unos días, Roberto Verino abrirá tiendas en Dubai, Arabia Saudí (Riad) y en Jordania (Amán). Pero este es sólo un primer paso porque en 2008 se extenderá a Emiratos Árabes, Líbano, Bahrein, Qatar y Kuwait.
En unos días, el gallego Roberto Verino inaugurará sus tiendas en Dubai, Riad y Amán
Hasta esa zona del mundo también ha llegado el diseño de joyas. Es el caso de Carrera y Carrera, recientemente adquirida por el Grupo Lladró (que ya poseía el 58%) y que acaba de inaugurar una joyería en el único hotel del mundo con la categoría de siete estrellas, el Burj Al Arab de Dubai. Moscú, Osaca y Singapur son otras ciudades en las que recientemente ha aterrizado esta firma. Según explican en Carrera y Carrera, Rusia y Japón son sus dos mercados más importantes y las diferencias en los gustos de los clientes, evidentes. Los rusos adoran las piezas grandes, con diamantes y suelen llevarlas en su vida diaria y no sólo cuando tienen fiestas. Sin embargo, en Japón, los delicados trabajos en oro y las piezas de pequeñas dimensiones y de estilo delicado, tienen más éxito.
Las joyas de Tous también se revelan muy viajeras. Esta firma catalana está presente en más de 30 países y en lugares tan exóticos como Las Islas Caimán o Aruba, donde este año piensa abrir otra tienda.
Uno de los diseñadores españoles más populares es Custo con establecimientos en Italia, Francia y EE UU, donde a sus actuales siete tiendas añadirá seis más este año. Otra catalana, Rosa Clará, que recientemente ha firmado un acuerdo con el diseñador Karl Lagerfeld y que en este año abrirá su primera tienda en París, reparte su aventura exterior entre Portugal y México. Al igual que ocurre con las joyas, en materia de trajes de novia, los gustos tienen nacionalidad. A las mexicanas les gusta lucir escote -sobre todo palabra de honor- y a las portuguesas les va el velo y las largas colas.
China y, sobre todo Japón, donde las tiendas de firmas de lujo se agolpan hasta en las estaciones de metro, son dos destinos también conocidos por los españoles. La firma de complementos Lupo acaba de aterrizar en el exclusivo centro comercial Omotesando Hills de Tokio. Antonio Miró en Roppongi, Joaquín Berao en Ginza y por supuesto la más grande Adolfo Domínguez -que cotiza en Bolsa-, o Camper y Yanko completan la oferta española en Tokio.