Viejas tradiciones en Augusta
Los campeones del Masters mantienen la tradición que Ben Hogan inició en 1952. El martes por la tarde (mañana), después de la jornada de entrenamiento, asisten a la cena de los chaquetas verdes invitados por el defensor del título. Tiger Woods, por cuarta vez, será quien abone la cuenta del festín de este año, al que asistirá de nuevo José María Olazábal.
El campeón también elige el menú. Pero si en algo se han puesto todos los jugadores de acuerdo es en que no es bueno para sus estómagos que gane un español. Ni Severiano Ballesteros (1980 y 1983) ni José María Olazábal (1994 y 1999) acertó con los gustos culinarios de sus invitados.
El cántabro sorprendió a todos, en 1981, con un cocido montañés. Ahora los dietistas lo desaconsejarían y más aún para una cena en el mes de abril y en el estado de Georgia, donde la temperatura empieza a hacer mella en los termómetros. En vista del éxito, en 1984 Seve encargó carne con tomate, un guiso sencillo que prepararon al gusto de los yanquis, sin el mismo sabor que le da el aceite de oliva, el laurel o el vino de Jerez.
Cuando en 1995 José María Olazábal optó por una merluza a la vasca, Juan Mari Arzak, buen amigo suyo, se ofreció para cocinar para los campeones del Masters. Sin embargo, desde el Augusta National contestaron que ellos solos se bastaban. De poco sirvió que Arzak les enviara la receta por fax. De entrada, no encontraron ni merluza, que sustituyeron por fletán. Eso sí, prepararon unas tapitas con olivas y anchoa. Txema les sorprendió con un Rioja Faustino I que todos alabaron, aunque la mayoría prefirió cenar con Coca Cola.
En 2001, en vista del éxito, Txema propuso un solomillo con patatas fritas, regado con Faustino I de la cosecha de 1994. Los responsables del Augusta National, para congraciarse un poco con Olazábal, le dijeron que habían encontrado una cerveza española, Águila, y que si le parecía bien la podrían degustar sus invitados, a lo que el vasco accedió.
Pese a tratarse de una cena de multimillonarios, hay poca sofisticación en los fogones. Tiger Woods, en 1998, les sorprendió con hamburguesas con queso, bocadillos de pollo y patatas fritas.