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CincoSentidos

Golfista por hacer feliz a su madre

El récord de precocidad que ostenta la hawaiana Michelle Wie, que jugó el primer torneo del LPGA Tour con 13 años, va a cambiar de manos. Una niña de sólo 12 va a debutar en el circuito profesional femenino de EE UU el próximo mes de abril.

La joven promesa se llama Dakoda Dowd y vive con sus padres cerca de Tampa. Ha ganado más de 200 trofeos, tiene un espíritu de superación encomiable y es buena jugadora, pero eso no le preocupa. La pequeña Dakoda reza cada día para que su madre, Kelly Jo Dowd, supere un cáncer de huesos y su segunda mayor ilusión sería dedicarse a la música cuando sea mayor.

Su preparador, Lew Smither III, alaba el carácter de una golfista que debutará en el Ginn Clubs and Resorts Open, una competición del calendario del LPGA que se jugará del 27 al 30 de abril en Orlando. 'Es el regalo que quiere hacerle a su madre: que ella pueda ver cómo participa en un torneo junto a las mejores profesionales del mundo', dice el entrenador.

Kelly descansa por las mañanas. Por las tardes toma Vicodin para paliar los dolores que padece. 'Deseo vivir todo el tiempo que pueda', dijo en una reciente entrevista, 'aunque yo sé que tengo un cáncer de huesos que se halla en la cuarta fase', añadió. Esta es la realidad con la que diariamente convive la pequeña Dakoda, una jugadora con un swing que nada tiene que envidiar a las mejores golfistas del circuito profesional. Sus amigos no paran de animarla, todos desean que pueda hacerle éste regalo a su madre, a la que creyó curada.

'Era un tipo de cáncer de los que vuelven', cuenta Dakoda. Su mamá tiene 40 años y en el mes de mayo del año pasado le diagnosticaron cáncer de huesos e hígado. Le dieron entre seis meses y un año de vida a menos que comenzara inmediatamente el tratamiento. Kelly recibe radio y quimioterapia y su objetivo es llegar a la última semana de abril para viajar a Orlando y ver a su hija en acción.

Dakoda aprendió a jugar con su padre con sólo cuatro años. Cuando uno de los patrocinadores del torneo de Orlando conoció la situación no lo dudó ni un instante y le ofreció una plaza para jugar junto a Annika Sorenstam, la número uno del mundo. No será como la irrupción de Michelle Wie, todo glamour y negocio, pero es la historia humana de una preadolescente que quiere hacer un regalo a su madre.

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