La RSC, tarea de Gobiernos y empresas, según Esade
Los retos de las complejas sociedades actuales no pueden ser resueltos con la participación de un sólo actor. La responsabilidad social corporativa de las empresas, el papel de los grupos de interés y las políticas públicas orientadas a impulsar estas iniciativas tienen que apoyar en esta labor. Esta consideración es la base a partir de la cual Esade, en colaboración con la Universidad y escuela de negocios Bocconi y la Norwegian School of Management, ha elaborado un estudio que valora cuál es el papel que juegan los distintos gobiernos europeos en los temas de responsabilidad social de las empresas.
El objetivo del estudio ha sido profundizar en el contraste de las políticas en tres países representativos: Noruega, Italia y el Reino Unido 'para sacar conclusiones que ayuden a las empresas', explica uno de los autores, Josep María Lozano, de Esade.
'En Europa', precisa el profesor, 'hay unas concepciones más o menos transversales de lo que debe ser la responsabilidad social corporativa, que están asumidas entre las empresas y entre los grupos de interés y que además se repiten en los distintos países. Paralelamente, las políticas son muy diferentes'. Esto se debe a que las medidas que se llevan a cabo encajan con los déficits característicos de cada país. 'Por ejemplo, en Italia, en donde hay un problema de competitividad de las empresas, las políticas públicas se orientan a corregir esta carencia. En estos temas, es importante el contexto de cada país. Podemos aprender de los demás pero no es necesario copiar', explica Lozano.
Así, en el modelo nórdico, protagonizado por Noruega en el estudio, el Gobierno toma iniciativas impositivas y arrastra a las empresas en un determinado sentido 'porque su Estado del bienestar está muy desarrollado y se habla de iniciativas de RSC en terceros países'.
'No estamos hablando sólo de un tema de agenda empresarial. Se trata de analizar cómo los distintos agentes sociales, entre ellos el Gobierno, se sitúan e interaccionan en estas nuevas sociedades que se redefinen más allá del Estado del Bienestar', precisa Lozano. Las empresas, según el profesor, tienen su función económica y su actividad, 'que no deben abandonar', pero en su actuación juegan elementos más complejos. 'El papel de la empresa es más rico, porque la sociedad lo es'.
España se asimila al modelo italiano, en el que juegan 'grupos de trabajo multisectoriales que derivan en subgrupos que discuten temas específicos. Aquí aún falta más protagonismo de las organizaciones empresariales'.
Corresponsabilidad
'Existe un acuerdo bastante generalizado de que los retos de la RSC se lleven hacia un sistema de partenariado británico, en clave de responsabilidad compartida. Que las empresas, en su papel, impulsen actividades que reviertan en la sociedad', explica Lozano.