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Lealtad, 1

Los sustos no llegan con preaviso

Uno de los argumentos más tranquilizadores para quien tiene los ahorros en la Bolsa es el nivel de PER, veces que el beneficio anual está contenido en el precio o años que debería esperar un inversor para recuperar el dinero. En la mayor parte de mercados internacionales está por debajo de la media histórica y, según datos de Credit Suisse, a nivel global sólo se encuentra un 9,8% por encima del mínimo registrado en el año 2002. Esto quiere decir que, sí, la Bolsa ha subido mucho, pero que también lo han hecho los resultados empresariales. Y las compañías, mientras no se demuestre lo contrario, valen dinero en función de la capacidad que tengan para generarlo.

No obstante, estos cálculos están basados en las previsiones de beneficio para los próximos 12 meses, no en cifras pasadas. Así, son susceptibles de revisión, tanto al alza como a la baja. Hasta el momento los resultados publicados por las empresas han estado de forma sistemática por encima de las previsiones, pero llegará un momento en el que los analistas, o las propias empresas en sus proyecciones, pequen de exceso de optimismo. Puede ser este año o dentro de dos y medio. Pero esta sorpresa negativa llegará en algún momento, y habrá que calibrar entonces la respuesta de la Bolsa.

Algunos expertos, escamados ante el anormal aumento de las operaciones empresariales, se han empezado a poner la venda. 'Tantos movimientos obedecen a que las empresas cada vez lo tienen más complicado para poder crecer de forma orgánica, es decir, sólo a partir del negocio puro y duro. Necesitan ganar tamaño para poder mantener el ritmo, y lo hacen gracias al dinero barato'.

No quieren estos expertos alertar sobre un eventual cambio de ciclo -'no estamos en el pico de la burbuja'-, pero sí apuntar que en la Bolsa no suele ser oro todo lo que reluce, y sobre todo que los sustos, por su propia condición, vienen cuando menos se los espera el asustado.

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