El Congreso aprueba la nueva financiación de Cataluña con el voto negativo de PP y ERC
La Comisión Constitucional del Congreso y la delegación del Parlamento de Cataluña aprobaron este viernes, con el voto en contra de PP y ERC, el nuevo modelo de financiación que recoge la reforma del Estatuto catalán y que fue pactado el pasado enero entre el PSOE y CiU.
Ambas formaciones elogiaron ayer el cambio del modelo, pues incorpora más inversiones, capacidad normativa y autonomía fiscal, mientras que ERC lo rechazó por 'insuficiente'. El PP alegó que esta reforma 'quiebra' el principio de solidaridad e igualdad entre todos los españoles.
El único cambio introducido en el modelo fue una transacción promovida por ERC para dejar claro que, a la hora de determinar las necesidades de gasto de la Generalitat, se tendrá en cuenta 'un factor de corrección en función del porcentaje de población inmigrante', así como 'la población en situación de exclusión social'.
El nuevo modelo también amplía la cesta de impuestos que gestionará el Gobierno catalán: del 33% al 50% de IRPF, del 35% al 50% de IVA y del 40% al 58% de impuestos especiales. Además, el Estado se compromete a invertir en Cataluña el equivalente a su aportación al PIB nacional, algo más del 18%, lo que supondrá una inversión extra en siete años para recuperar el déficit de infraestructuras.
Nada que ver con el original
Desde el PP catalán, Josep Piqué, afirmó que el nuevo modelo de financiación es 'un churro' porque 'permite todo tipo de interpretaciones' y 'está abierto'. 'Es un pacto político de cara a la galería', indicó. Piqué coincidió con ERC en que el texto actual 'se parece como un huevo a una castaña' al que aprobó el Parlamento catalán el pasado 30 de septiembre, una frase que, según admitió, le costó 'un disgustillo' en su partido, ya 'superado'.
El portavoz de ERC, Joan Ridao, defendió el texto original salido del Parlamento, 'que implantaba el federalismo fiscal y permitía a la Generalitat gestionar sus recursos de forma solidaria'. Ridao se quejó de que 'al árbol de la financiación se le hayan caído muchas hojas' tras el 'acto de deslealtad sin precedentes' que supuso el acuerdo entre el Gobierno y CiU.