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Lealtad, 1

Filiales de ida y vuelta

El posible interés de la compañía británica de páginas amarillas Yell por TPI, filial de Telefónica, es un buen ejemplo de cómo funcionan las cosas en la economía actual. Telefónica sacó a Bolsa sus páginas amarillas en el año 1999, y también puso en el mercado las filiales de internet -la malograda Terra- y de teléfonos móviles. La británica BT hizo lo propio, si bien no segregó el negocio puntocom.

Con el paso del tiempo Telefónica ha terminado comprando O2, la antigua filial de móviles de British Telecom, operación para la cual necesita aliviar su carga. Por eso ha puesto a la venta TPI, por la que se ha interesado, precisamente, Yell, que es la antigua filial de páginas amarillas de BT. Varios años y un buen puñado de operaciones después, al final la cosa no va a cambiar tanto. Aunque en el camino se han quedado no pocos vaivenes bursátiles y las jugosas comisiones de abogados y bancos de inversión especializados en fusiones, compras, segregaciones y demás movimientos empresariales.

El sentido común sugiere que si de un tiempo a esta parte las empresas se quitan otras empresas de las manos como si fuesen caramelos a la puerta de un colegio tendrán poderosas razones para ello. Al fin y al cabo se juegan su dinero. Pero no deja de llamar la atención la intensidad con la que cambian las tendencias empresariales. Porque hace unos años se trataba de justamente lo contrario.

Posiblemente la cuestión obedezca al desarrollo del sector financiero: la capacidad de las empresas de endeudarse y sanearse es mucho más alta, luego los procesos de engorde y adelgazamiento -vinculados al ciclo económico- se producen con mucha mayor rapidez.

Pero, claro está, tampoco faltará quien apunte que la inteligencia colectiva mediante la que se toman las decisiones también se ve secuestrada a veces por fiebres pasajeras. Algo para lo que sobran los ejemplos sin tener siquiera que salir del sector de las telecomunicaciones.

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