La revuelta estudiantil contra el contrato para jóvenes se extiende por Francia
La mecha de la revuelta estudiantil contra el nuevo contrato juvenil ideado por el Gobierno de Dominque de Villepin prende en toda Francia. Desde la primera movilización, en el mes de enero, cuando apenas salieron a la calle entre 200 y 400 estudiantes, jóvenes de todo el país se organizan para pedir la retirada del ya popular cpe -contrato de primera contratación-, dirigido a menores de 26 años que prevé el despido sin previo aviso y ninguna justificación.
Ayer, la revuelta se extendió a medio centenar de universidades, sobre un total de 84 centros con los que cuenta el país. Y a los universitarios se han unido estudiantes de la enseñanza media y académicos. La universidad científica de Paul-Sabatier de Toulouse seguía ayer ocupada por estudiantes y personal docente, mientras en Montpellier cientos de estudiantes se manifestaban al grito de 'Villepin, tu periodo de prueba ha terminado'.
El primer ministro se juega esta semana su credibilidad de cara a las presidenciales. De ahí que suspendiera su participación en el tradicional consejo de ministros franco-alemán, celebrado ayer en Berlín, para intervenir en la sesión de la Asamblea Nacional. Y desde el hemiciclo salió de nuevo en defensa del nuevo dispositivo, que según el dirigente galo 'funcionará y creará empleos'. Pero también repitió su disposición a modificar el contrato si en las reuniones de evaluación semestrales que ha ofrecido a los agentes sociales así se decidiera. Ofreció además una formación de tres meses remunerada a los jóvenes cuyo contrato se rompa durante el periodo de prueba de dos años.
En cualquier caso, el episodio ha abierto una crisis en el Gobierno, que intenta cerrar filas con Villepin y defiende a toda costa la medida. El presidente Jacques Chirac, que ayer presidía el encuentro junto a la canciller Angela Merkel, alargó la mano desde Berlín para ayudar a su delfín, desde donde dijo 'apoyar completamente y sin reservas la acción del primer ministro'.
Mientras, el debilitado Partido Socialista aprovecha la contienda y ayer se sumó a las exigencias de los estudiantes, que han previsto nuevas jornadas de manifestaciones el jueves y el sábado, a las que también están convocados sindicatos y funcionarios de todo el país.