Rajoy llama a la unidad del PP en el cierre de la convención
'No estamos aquí ni para transmitir una nostalgia del pasado ni para lamentar el presente. Los electores desean vernos unidos y dispuestos a trabajar', les dijo ayer Mariano Rajoy a los cuadros del PP en la clausura de la convención celebrada este fin de semana en Madrid, que ha servido como una terapia de reafirmación de la estrategia pilotada por la actual ejecutiva del partido desde la derrota electoral sufrida pronto hará dos años.
Como ocurriera en el XV congreso nacional celebrado por el PP en 2004, en la convención clausurada ayer se han dado dos tipos de discursos: los de quienes como Eduardo Zaplana y Ángel Acebes consideran que la mejor forma de ganar las próximas elecciones generales es combatiendo en todos los frentes la política del Gobierno y el de quienes, como el alcalde Alberto Ruiz Gallardón o el ex ministro Josep Piqué, creen que con una actitud más moderada, el PP estaría en condiciones de ampliar su espacio electoral y disputar mejor al PSOE su actual mayoría. La diferencia con el congreso de 2004 es que, en esta ocasión, ninguno de los oradores se ha salido en exceso de la ortodoxia oficial.
Rajoy realizó ayer un esbozo de las resoluciones aprobadas por la convención en las distintas áreas. En la económica, hubo una apuesta por la estabilidad macroeconómica, por una reforma tributaria más agresiva que la planteada por el Gobierno y por un por un plan de choque que permita flexibilizar el mercado laboral.
La convención ha defendido también una mayor liberalización de los mercados, el mantenimiento de los ritmos de inversión en las infraestructuras del transporte y la apertura de un debate sobre el sector energético en el que se cuente también con la opción nuclear.
Rajoy acusó ayer al Gobierno de carecer de política económica y de vivir 'de la herencia y de la inercia'. En su opinión, desde que José Luis Rodríguez Zapatero ocupa la Presidencia 'no se ha producido ni una sola reforma económica importante'.
Lucha antiterrorista
El Gobierno no tendrá el apoyo del PP en el combate contra ETA si no rectifica en dos cuestiones que Rajoy considera básicas: el cumplimiento del pacto antiterrorista firmado en 2001 y, en segundo lugar, el respeto a la ley de Partidos aprobada en 2002.