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Alimentación

Fallece Tomás Pascual, creador del imperio Leche Pascual

Fallece, a los 79 años, Tomás Pascual, fundador de uno de los mayores grupos alimentarios españoles

Una pequeña cantina en la estación de tren de Aranda de Duero (Burgos). æpermil;se fue el origen de uno de los empresarios más trascendentales de la industria agroalimentaria española, creador del grupo que lleva su apellido. Tomás Pascual Sanz fallecía ayer en Madrid, a los 79 años de edad, tras no superar una embolia pulmonar.

Nació en 1926 en Fuentemizarra (Segovia). Orgulloso de sus orígenes humildes, el empresario comenzó a trabajar vendiendo bocadillos y refrescos a los viajeros de los trenes que paraban en la estación burgalesa. Con 18 años recorría, primero en bicicleta y después en moto, los pueblos de la zona visitando minoristas. El negocio familiar de ultramarinos fue creciendo. En 1950 creó su primera sociedad y, en 1966, Pascual de Aranda, dedicada a la producción de piensos y explotaciones ganaderas.

En 1969 nació Leche Pascual, con una plantilla de seis trabajadores. El gran éxito de la compañía láctea fue introducir en España la leche pasteurizada. Hoy, el grupo Leche Pascual ocupa a 4.000 empleados y comercializa 300 productos, entre yogures, zumos, cereales, refrescos, huevos y piensos para animales, que produce en 22 plantas. A esto se suma La Quinta, un complejo inmobiliario y de ocio en Marbella, la constructora Peache y una correduría de seguros.

Reconocía Tomás Pascual ser un empresario incómodo para el sector lácteo. Obsesionado por la calidad, criticaba a quienes vendían 'líquidos blancos' porque 'la calidad cuesta dinero'. Su fórmula para tener éxito: 'No engañar nunca a los clientes ni a los empleados. Sin fe y sin ganas de trabajar no se consigue nada', afirmaba en una de sus últimas entrevistas, en Cinco Días, en febrero de 2004.

Se definía como viajero, observador incansable y autodidacta, aunque se diplomó en Alta Dirección de Empresas en el IESE. También recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Sin embargo, reconocía haber cometido errores, como dar su apellido al grupo agroalimentario. 'Nunca pensé que tendría éxito', si lo hubiera sabido, 'no hubiese puesto mi nombre al grupo. æpermil;sa es una desventaja y uno de los errores que he cometido, ahora ya no lo puedo cambiar porque es una marca asentada', aseguraba.

En 2004, el grupo facturó 856 millones de euros. Pese a su éxito en los negocios, no fue ajeno a las disputas judiciales. En los últimos años acudió a los tribunales para reclamar a la Administración y a los fabricantes de yogur poder utilizar esa denominación en los productos lácteos. Lo consiguió. En diciembre de 2005, el Tribunal Supremo reconoció el derecho del grupo Leche Pascual a definir sus postres como yogures pasteurizados después de la fermentación.

También se vio en los tribunales con su antiguo socio Ricardo Arranz, con quien mantuvo un contencioso por el negocio inmobiliario de Marbella. En junio de 2005, la Audiencia Provincial de Madrid obligó a Tomas Pascual a indemnizar con bienes valorados en 200 millones de euros a su ex socio, al haber incumplido un contrato de permuta con Arranz por el que éste se comprometía a ceder sus acciones en AR&P a cambio de activos.

No hay incógnitas en la sucesión del grupo alimentario. En 1999 nombró a su hijo, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, consejero delegado. Pero nunca se desligó de la gestión. 'Mientras tenga salud no pienso retirarme, me divierto trabajando', afirmaba hace poco. Reconocía ser exigente con sus empleados, porque era 'de la vieja generación'. Aunque delegó sus funciones en los ejecutivos del grupo porque 'las nuevas generaciones están muy bien preparadas', las criticaba por 'no tener muchas ganas de trabajar'.

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