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Aeropuertos

Ferrovial afronta de nuevo el filtro británico de Competencia

La oferta para hacerse con el control del primer gestor de aeropuertos del mundo, la compañía británica British Airports Authority (BAA), sigue cocinándose. Ferrovial ultima el consorcio que acometería la compra y para ello ha negociado con socios eminentemente financieros, como la Caisse de Dépôt et Placement du Quebec (que ayer no quiso hacer comentarios sobre el asunto) y el Gobierno de Singapur. Una semana después de tener que admitir su interés en BAA no ha decidido si lanza la opa por el 100%, pero las autoridades que velan por los consumidores británicos ya han advertido que mirarán con lupa la operación.

De materializar la opa, sería la segunda vez en menos de un año que Ferrovial pasase por los filtros de Competencia de este país. El órgano que defiende el buen funcionamiento del mercado para el consumidor, la Office of Fair Trading (OFT), ya puso trabas después del verano a que Ferrovial y su socio australiano Macquarie compraran el 90% del aeropuerto de Exeter. Ambos fueron elegidos preadjudicatarios (preferred bidder, el paso previo a la adjudicación) en abril por el Gobierno local de Devon. Era una concesión de 125 años por unos 40 millones de euros. La compra acordada pasó a la Comisión, que en agosto trasladó la evaluación al Reino Unido, porque así lo pidió.

En su decisión del 11 de octubre, la Office of Fair Trading explicaba que el consorcio South West Airports, compartido al 50% por el grupo español y la división de aeropuertos de Macquarie, tenía la intención de agrupar societariamente el de Exeter y el de Bristol -que gestionan también al 50% Ferrovial y su aliado australiano-, aunque mantendría separada la gestión.

Que estos aeropuertos tuvieran los mismos propietarios aumentaba la preocupación sobre una posible 'sustancial disminución de la competencia' en el suministro de servicios en aeropuertos a las aerolíneas del suroeste de Inglaterra, según argumentó la OFT. Y esta fusión podría tener efectos negativos en la elección de aerolíneas de vuelos baratos y chárter para los consumidores. Así lo hizo constar al remitir el caso a la Comisión de Competencia (equivalente al Tribunal de Defensa de la Competencia español), que abrió el proceso y tenía previsto emitir un informe el próximo 27 de marzo.

Pero no dio tiempo. El 4 de noviembre, esta comisión comunicó que había cancelado la consulta sobre la compra de Exeter porque la constructora controlada por la familia Del Pino y Macquarie habían abandonado el proceso, como consta en la web del organismo. Ferrovial no comunicó esta decisión. Pero el grupo australiano envió un comunicado a la Bolsa de su país en el que justificó la retirada porque el proceso regulatorio 'se alargaba demasiado', una explicación a la que se adhirió ayer el grupo español. Macquarie añadió entonces que era una 'compra demasiado pequeña' desde la perspectiva del grupo, según Bloomberg.

Ahora, en un escenario de posible opa, el mismo órgano que puso pegas a Exeter, la OFT, avisa de que analizará si puede provocar 'subidas de precios' o algún tipo de perjuicio a los consumidores como resultado de la posición en el mercado. Así lo afirmó el martes el responsable, John Fingleton, a Reuters.

En caso de oferta, Ferrovial sumaría sólo dos aeropuertos en Reino Unido los siete principales que tiene ya BAA.

Recorte de plantilla en el aeropuerto de Budapest

Menos de dos meses después de hacerse con el aeropuerto de Budapest en el proceso de privatización, el gestor británico BAA ha impuesto sus normas. Ayer anunció que ha llegado a un acuerdo con los sindicatos para que haya paz social durante tres años. Las centrales se han comprometido a no hacer huelgas durante este plazo, según el comunicado que BAA envió ayer a la Bolsa de Londres.El acuerdo prevé el recorte de puestos redundantes, aunque de forma voluntaria. Y también plantea la potencial venta de los negocios de servicios en tierra a aviones y pasajeros (handling) y del transporte en minibús en las instalaciones, lo que supondría ingresos para financiar la compra de este aeropuerto, que costó a BAA 1.890 millones.Este pacto se enmarca en el plan de la compañía que dirige Mike Clasper para impulsar el aeródromo. Una de las medidas tomadas es recortar un 5% la tasa que cobra a las aerolíneas. Esto hará el aeropuerto 'más competitivo', según la compañía que Ferrovial estudia comprar en consorcio con otros socios. En el último año, el tráfico creció en el aeródromo de Ferihegy un 23,8%.En Bolsa, BAA sigue encareciéndose. Subió ayer un 1,79% ayer y acumula un alza de más del 20% desde que el día 8 Ferrovial anunció su interés. Vale 8.881 millones de libras (13.321 millones de euros). Mientras, las acciones de la compañía española sufrieron un descenso del 0,62%.

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