La CMT rechaza la andanada de los rivales de Telefónica contra su nuevo ADSL
Telefónica puede respirar tranquila. Su tecnología de banda ancha más novedosa no será paralizada. Hasta el momento, la CMT ha protegido al ex monopolio frente a la andanada de sus rivales contra el ADSL2+. El último golpe que ha parado exigía la suspensión cautelar del servicio.
Los rivales de Telefónica han visto en la introducción de la tecnología ADSL2+ un peligro potencial que hay que intentar neutralizar al precio que sea. Y a través de la patronal de las operadoras alternativas, Astel, han presentado batalla ante la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Pero el regulador ha actuado como un muro. Primero permitió el lanzamiento del servicio y ahora acaba de rechazar la adopción de medidas cautelares para su paralización.
Sin embargo, en esta campaña de las operadoras alternativas hay un dato que llama la atención. A diferencia de lo que sucede en la gran mayoría de las ocasiones, esta vez Telefónica no es la primera que lanza el ADSL2+. Jazztel, Wanadoo y Ya.com lo han hecho antes que ella.
Entonces, ¿por qué tanta oposición? La nueva tecnología es la que está permitiendo las ofertas estrella de estas compañías, con velocidades de hasta 20 megas que se han convertido en el reclamo de Jazztel y Wanadoo, sobre todo. Y, precisamente, las dos propuestas que aprobó la CMT a Telefónica van encaminadas a competir con ello. Con el ADSL2+, el ex monopolio ha sacado al mercado una oferta de 10 megas y otra de 20 megas. Lo hizo con el permiso del regulador, que lo ha vuelto a refrendar en el consejo del pasado 25 de enero, cuando rechazó también la petición de medidas cautelares por parte de la patronal.
'Eso es lo que Astel y los operadores alternativos temen', explican fuentes del sector, 'que Telefónica compita en este campo y se pueda comparar la diferencia de velocidades que realmente ofrecen unos y otros'.
Astel, sin embargo, asegura que intenta defender la competencia en el mercado de banda ancha -amenazada, a su juicio, por esta iniciativa- y proteger a los consumidores. Su argumento principal es que el permiso de la CMT atenta contra el principio de no discriminación y que las ofertas de Telefónica no son replicables.
El regulador es contundente en su rechazo, entre otras cosas, porque Telefónica se cubrió las espaldas en su petición original y se comprometió a lanzar estas ofertas al público de forma escalonada. En un principio, sólo las dará en las centrales en las que ya haya un competidor compartiendo su red y lo irá ampliando a medida que sus rivales lleguen a más infraestructuras. Su argumento es que, con estas premisas, si los rivales no dan ADSL2+ es porque no quieren, ya que la posibilidad es igual para todos y sólo depende de la inversión.
La CMT concluye que este comportamiento no perjudica a la competencia y que los operadores alternativos no deben tener problemas para replicarlo.
Economía cuestionó liberalizar la cuota de abono del ex monopolio
Las alegaciones de los operadores, instituciones públicas e interesados ante la propuesta de la CMT de liberalizar la cuota de abono de Telefónica fueron muchas y contundentes, pero uno de los organismos que más cuestionó la medida fue el Servicio de Defensa de la Competencia (SDC), dependiente del Ministerio de Economía.Como adelantó ayer Cinco Días, la CMT ha cambiado de criterio y ha enviado a la Comisión Europea una propuesta distinta a la mantenida a finales de octubre. Frente a su intención de dar libertad a Telefónica en el precio de sus cuotas, ahora propone intervenirlas y congelar el abono mensual por los próximos dos años.Los responsables del cambio de opinión son los argumentos que se han dado en este tiempo, según la CMT. Y los del SDC fueron bastante críticos.El organismo cuestiona sobre todo la desaparición de la promediación geográfica a la que está obligada Telefónica y la eliminación del principio de no discriminación. El SDC pide a la CMT una mayor argumentación, porque a su juicio estos cambios dejarían manos libres al ex monopolio para subir precios en determinadas zonas donde no tiene competencia, con el consiguiente perjuicio a los usuarios.Puesto que una forma de controlar este problema es la vigilancia sobre las tarifas, pide al regulador que refuerce 'la argumentación sobre la que se basa la desaparición del control de los precios minoristas', sobre todo 'teniendo en cuenta la estructura competitiva de este mercado y la posición de Telefónica en los mercados conexos'.