Reticencias en el PP por la actitud de Rajoy en el proceso de paz
La contundencia que la dirección del PP está empleando para marcar distancias con el proceso de paz que puede abrirse en el País Vasco coloca a este partido en una posición de aislamiento que no es compartida por todos sus dirigentes.
Más allá de las reuniones semanales de maitines en las que Rajoy ha abordado con sus más estrechos colaboradores la estrategia a seguir frente al proceso de paz que estaría a punto de iniciarse en el País Vasco, hay numerosos dirigentes del PP que cuestionan en privado la contundencia con la que el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, o el secretario general, Ángel Acebes, están marcando distancias con el Gobierno en una política que, además de ser de Estado, posiblemente influirá de forma determinante en la legislatura y en las próximas convocatorias electorales.
'Existe la sensación en nuestras filas de que estamos combatiendo la falta de información sobre el proceso con la inercia de siempre, sin considerar aspectos como la posibilidad de que la tregua sea definitiva y, sobre todo, el riesgo de que el partido quede fuera de la foto del final de la violencia habiendo contribuido de manera tan decisiva a ella en los ocho años de Gobierno de Aznar', explicaba ayer a este diario un diputado del PP, como resumen de las dudas que plantea la actitud de Rajoy y de su equipo en este proceso.
A lo largo del mismo, el PP tendrá dos ocasiones claves de retratarse. La primera, cuando José Luis Rodríguez Zapatero acuda a pedir autorización al Congreso para iniciar el diálogo con ETA una vez se declare la hipotética tregua, atendiendo al compromiso que adquirió el año pasado con todas las fuerzas políticas allí representadas. La segunda ocasión llegará cuando se constituya en el País Vasco la denominada mesa de partidos, plataforma en la que se intentará articular el nuevo marco jurídico de Euskadi a través de las propuestas que defiendan las formaciones que quieran participar en ella.
Desde el PSOE, el Partido Nacionalista Vasco, Convergencia i Unió e Izquierda Unida se emplazó ayer a la dirección del PP a estar 'a la altura de las circunstancias'. El propio lendakari, Juan José Ibarretxe, insistió ayer en esta misma idea durante un desayuno con periodistas convocado en Vitoria, informa Europa Press. Pronto se dará la 'oportunidad' de un proceso de paz y hay que estar preparados y a la altura de las circunstancias para aprovecharlo', advirtió.
En el Congreso de los Diputados, Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), Josep Antoni Durán i Lleida (CiU) y Gaspar Llamazares (IU), incidieron también en la importancia que reviste ahora cerrar filas con el Gobierno. Duran, que ha sido informado ya por el ministro del Interior, José Antonio Alonso, de las expectativas que se abren, se mostró comprensivo con las reservas del Ejecutivo a la hora de suministrar información al PP. 'Que cada uno administre como quiera, pero yo no utilizaré la información que obtenga para erosionar al Gobierno', comentó. A partir de los datos recibidos, el dirigente de CiU prevé un proceso 'lento' que, posiblemente, no estará 'exento' de algún episodio violento.
Rubalcaba invitó también al PP a 'alegrarse' si 'se atisba la luz al final de túnel'. 'Si estamos donde estamos, hablando de un posible fin de la violencia, es porque hemos sido más eficaces policialmente y más firmes judicialmente que nunca', declaró. 'El Estado está más fuerte y la banda terrorista más débil que nunca y ello debería ser motivo de alegría para todos, incluido el principal partido de la oposición', abundó.
Rubalcaba ha mantenido conversaciones informales con el portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, sobre el proceso de paz, pero no ha logrado cambiar la actitud del principal partido de la oposición, que se ha hecho muy evidente durante el congreso de víctimas del terrorismo celebrado en Valencia y también con motivo del reciente cese del ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional Eduardo Fungairiño.
El comportamiento del PP ante ambos episodios y, sobre todo, la forma en que su instrumentación de las víctimas ha llegado a calar en un sector nada despreciable de la opinión pública, según reflejan las encuestas que se manejan en La Moncloa, fue lo que llevó a Zapatero a comparecer el pasado viernes ante los periodistas para alertar de la 'manipulación' que, en su opinión, está haciendo el PP de la actual política penitenciaria (instrumento imprescindible en el proceso de paz) y, de paso, pronosticar que estamos ante 'el principio del fin de ETA'.
Petición de prudencia
En privado, varios ministros han considerado lógico que el presidente del Gobierno haya salido al paso de esta actitud del PP en un asunto considerado de Estado, pero, en cambio, han expresado sus reservas sobre las ventajas del optimismo exhibido en dicha comparecencia por Zapatero.
El titular de Defensa, Juan Fernando López Aguilar, pidió ayer públicamente 'prudencia' y pocas horas después emitió también el mismo mensaje el ministro del Interior, José Antonio Alonso, para quien 'no hay que 'intentar escribir una historia anticipándonos como si fuéramos futurólogos'.
Mesa de partidos
Antes del inicio formal del proceso ya se han registrado las primeras discrepancias entre el PSE y el PNV sobre la mesa de partidos. Ibarretxe acusó ayer al PSE de asignarse el 'derecho a veto' al pedir que los acuerdos se adopten por consenso y no por mayoría.
Ofensiva parlamentaria sobre víctimas y presos
La ofensiva parlamentaria del PP contra el Gobierno tendrá continuidad la semana que viene en el Congreso con la defensa de una moción orientada a rebajar el margen del Ejecutivo en el proceso de paz, en la que se emplaza a la Cámara Baja a reafirmar que las víctimas del terrorismo no serán 'moneda de cambio' en un eventual diálogo con los terroristas.El principal promotor de esta moción es el ex secretario de Estado de Seguridad en la etapa de Aznar Ignacio Astarloa, quien defenderá que los etarras tengan que cumplir en su integridad sus condenas sin poder acogerse a ningún tipo de beneficio penitenciario. Se trata de una vieja promesa electoral del PP que, en realidad, no llegó a incluir en ninguno de sus programas.En esta misma línea, Mariano Rajoy pidió el pasado miércoles a José Luis Rodríguez Zapatero garantías de que n o pagará un 'precio político' a ETA a cambio de la paz.