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Telefónica

Alierta hace un gesto al Gobierno argentino y congela la denuncia ante el Banco Mundial

Las posturas de Telefónica y del Gobierno argentino están un poco más cerca. La operadora presidida por César Alierta no ha retirado la denuncia que ha interpuesto contra el país austral ante el Banco Mundial, como solicitaba el Ejecutivo de Néstor Kirchner, pero por lo menos la va a suspender temporalmente.

Ayer, en un acto al que asistió el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, la operadora dio el primer paso, con la firma de una carta de entendimiento con el Gobierno argentino. A cambio de inversiones y de mantener el grueso de las tarifas, Telefónica consigue el compromiso de renegociar el marco de relación y de precios para el futuro, con alguna subida inmediata de algunas cuotas incluida.

Pero este acercamiento no implica que Telefónica haya quemado sus naves. Para empezar, la demanda ante el tribunal de arbitraje internacional dependiente del Banco Mundial contra Argentina por la pesificación de la economía y la congelación de tarifas no se suspenderá hasta que el acuerdo firmado ayer esté en marcha. E incluso en ese momento la suspensión será temporal, por un plazo de 210 días hábiles -alrededor de meses-.

Sólo cuando Telefónica y el Gobierno argentino hayan renegociado el contrato original entre ellos y haya un acuerdo total sobre tarifas, modelo de relación, seguridad jurídica y estabilidad normativa para el futuro, estará obligada la operadora española a desistir del pleito. Si no hay pacto, Telefónica tiene plena libertad para reactivar el juicio y esperar al veredicto.

Por el momento, lo que hay es un principio de entendimiento. Telefónica ha prometido invertir este año en el país 1.000 millones de pesos -unos 275 millones de euros- y mantener los precios de los servicios más básicos. A cambio, el Gobierno reconoce que la compañía ha cumplido en el pasado sus compromisos y se aviene a tramitar un proyecto de ley para regular de forma estable la actividad de las telecomunicaciones. Además, Telefónica logra subidas de precios en dos conceptos menores, pero que, según publicaba ayer el periódico local La Nación, le supondrán unos ingresos adicionales de unos 25 millones de euros al año.

Con este acuerdo, se inicia el principio del fin de un conflicto que comenzó en 2002, cuando el presidente argentino Eduardo Duhalde combatió la profunda crisis del país con la pesificación de la economía y la congelación de tarifas de servicios públicos.

Las empresas afectadas, Telefónica entre ellas, consideraron este hecho como un quebranto de sus contratos de concesión y apelaron al arbitraje internacional del Banco Mundial. En este pleito, Telefónica reclama 2.800 de dólares en concepto de daños y perjuicios.

El Gobierno argentino ha hecho un férreo esfuerzo en los últimos meses para lograr que las empresas retiraran sus denuncias y lo ha conseguido en bastantes casos, incluido con compañías españolas. Telefónica, sin embargo, es una de las que más firmes se ha mantenido, a la espera de que Argentina cumpla sus promesas de recuperar el marco normativo y de precios previo a la crisis.

Por otra parte, la filial de Telefónica en Perú hizo públicos ayer sus resultados. La compañía quintuplicó sus beneficios en 2005, hasta llegar a los 257 millones de nuevos soles -unos 67 millones de euros-. Lo hizo en un esfuerzo por elevar su rentabilidad, a pesar de que los ingresos subieron un tímido 1,8%.

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