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Directivos

El presidente de la CAI deja su cargo tras cerrar un año con un alza del 10% del beneficio

La Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI) obtuvo el año pasado un beneficio neto de 64,64 millones de euros, lo que supuso un incremento del 10% respecto al ejercicio anterior.

Fernando Gil, 67 años y actual presidente de la entidad, anunció que abandonará su cargo el próximo mes de mayo dentro del proceso electoral en el que está inmerso la caja, que tendrá que renovar a la mitad de los consejeros generales de la asamblea.

Aunque los estatutos de la caja permitirían a Fernando Gil, que lleva seis años en este puesto, repetir en el cargo, el actual presidente señaló ayer que ha llegado el momento de pasar el testigo y 'confiar en que un relevo generacional será bueno'.

La clave de estos buenos resultados fue la buena marcha del negocio. La inversión crediticia alcanzó los 6.019 millones de euros, tras crecer un 13%. La tasa de morosidad se mantuvo en el 0,48%. En recursos, Caja Inmaculada registró un incremento del 12%, hasta los 8.221 millones de euros.

Los gastos de explotación crecieron un 6%. Aun así, la ratio de eficiencia (porcentaje de los ingresos que absorben los gastos, cuánto más baja es mejor) se situó en el 55%, frente al 58% de hace un año.

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