Francia aprueba duras restricciones a la inmigración
El Gobierno conservador francés aprobó ayer el polémico anteproyecto de ley sobre la inmigración 'escogida', que endurece la regularización y el reagrupamiento familiar y cuyo principal artífice es el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy.
'Hay que pasar de una inmigración sufrida a una inmigración elegida', subrayó el primer ministro, Dominique de Villepin.
El objetivo del controvertido texto, que Sarkozy defenderá en el Parlamento la próxima primavera, es 'dotar a Francia de los medios para controlar su inmigración con el fin de que ésta se convierta en una auténtica baza para nuestro país', dijo Villepin.
La futura norma prevé la apertura del mercado de trabajo con varias disposiciones. La más novedosa es la creación de un permiso de residencia de 'competencias y talentos' destinado a profesionales e investigadores de alto nivel, que contribuyan al 'desarrollo de la economía francesa '.
Prevé también un permiso de trabajo trienal renovable para los trabajadores sin cualificación.
Sobre esos pilares se fundamenta la 'inmigración escogida', un término acuñado por Sarkozy y al que luego se sumó Villepin, tras el enorme sobrecogimiento que supuso para Francia la crisis de los barrios periféricos difíciles, del pasado otoño, en el que fueron quemados varios miles de vehículos.
En contrapartida, el texto contiene una batería de medidas restrictivas, en especial sobre el reagrupamiento familiar y los requisitos exigidos para la regularización.
Las condiciones para poder traerse a un familiar se endurecen: el extranjero tendrá que demostrar su estancia en Francia durante 18 meses, seis más que ahora, y probar que dispone de los recursos económicos necesarios. Se pone fin además al derecho automático que tenían los inmigrantes ilegales de acceder a un permiso de residencia tras diez años en Francia. Ahora se decidirá 'caso por caso'.
Luz verde al contrato para jóvenes
La Asamblea Nacional aprobó en Francia la pasada madrugada el llamado contrato de primera contratación (CPE), un instrumento laboral destinado a los menores de veintiséis años.El CPE tiene como objetivo fomentar la contratación de los jóvenes en compañías de más de veinte empleados y permite al empresario despedir al trabajador sin tener que dar ninguna justificación durante los dos primeros años.Sindicatos y organizaciones juveniles rechazan ese contrato, por lo que han convocado manifestaciones de protesta.