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CincoSentidos

Desayunos de hotel

Proliferan los bufés de calidad cuestionable y los productos dietéticos

En buena parte parece superada la idea de que en los restaurantes de hotel se come mal, pero la hotelería sigue teniendo un talón de Aquiles: el tema de los desayunos. Posiblemente porque el desayuno está infravalorado en España -no sucede así en Europa o EE UU-, porque no hay tradición ya que nos conformamos con un café y un bollo y porque ofrecer esta primera comida del día en condiciones supone unos costes elevados (el sempiterno problema de la hostelería y el servicio). Lo cierto es que resulta difícil desayunar bien a precios que no resulten desproporcionados.

Es moneda común la existencia de bufés coloristas y polivalentes, en general con buenas presentaciones, pero con una calidad que deja mucho que desear: bollería reseca, zumos envasados, pésimo café de máquina, huevos fritos que nadan en aceite..., y todo esto en medio de un tráfico ingente de clientes que se cruzan en busca de una cucharilla o hacen cola ante el tostador.

Hoy en día los huéspedes prefieren desayunar poco, pero bien. Como señala Fernando Gallardo, periodista especializado en la crítica de hoteles, 'el bufé es un todoterreno de los desayunos, tanto en hoteles urbanos como vacacionales, pero la enorme exhibición de productos y elaboraciones imposibilita la rotación, de ahí la mala calidad. Habría que buscar fórmulas más vistosas y novedosas, a la carta, menús de desayunos e incluso una barra cómoda con servicio ágil'.

Evidentemente no es lo mismo desayunar cuando se está de vacaciones, con más tiempo que hacerlo en un hotel de ciudad, cuyos clientes, muchos por motivos laborales, tienen otros requerimientos: calidad, buen ambiente, rapidez, horarios flexibles, precio, y, a ser posible, que no engorde.

Dos de los mejores desayunos se sirven precisamente en hoteles vacacionales: la Hacienda Benazuza, en Sanlúcar La Mayor, en Sevilla (que pertenece a El Bullihotel) y el Maricel, en Calvía (Mallorca). En el primero el desayuno es un festín de sabores y texturas, una degustación de cócteles de zumos, frutas, bollería recién hecha, espumas, cremosos, chocolates y la carta de salados; en el segundo se ofrece un desayuno imaginativo y minimalista de zumos, lácteos, bollería de diseño, minichupitos, mantequillas y los cafés más selectos del mundo.

La media del desayuno de hotel está por encima de los 12 euros, precio que se incrementa si lo sirven en la habitación, y en establecimientos de lujo es raro que baje de los 30. Habitualmente se cobran por separado del coste de la estancia, de ahí que muchos clientes, sobre todo en hoteles urbanos, opten por acudir a una cafetería a tomar un zumo, un café y una tostada, con un ahorro evidente. Y es que hay que adaptar la oferta a los deseos del cliente.

Propuestas urbanas

Gran Hotel Conde Duque. Pza. Conde Valle Suchil, 5. Madrid. Tel.: 91 447 70 00. Destaca por la instalación de un rincón dietético dentro de su bufé de desayunos (13,16 euros), al que se puede acceder aunque no se sea cliente del hotel. Leche de soja, queso, cereales, todo tipo de yogures, bollería integral, sin gluten o lactosa muy variada, tés o infusiones, pueden seleccionarse de este espacio anexo al bufé general (fiambres, cinco tipos de queso, salmón, tartas, bollería, panes, cereales, etc.).De las Letras. Gran Vía, 11. Madrid. Tel.: 91 523 79 80. En room service (12,75 euros) se puede elegir entre tres tipos de desayuno: mini DL (el clásico continental con bollería mini variada), el inglés (con huevos revueltos, beicon, salchichas y tostadas) y el antioxidante (también con café y zumo, y pomelo, tostadas integrales, mix de tomate, ajo y aceite, muesli y yogur desnatado). El bufé del comedor (12,50 euros, accesible para no hospedados) contempla dulces y salados, fruta, zumos y una carta de mini DL con bocados sofisticados y platos minimalistas (entre 2,50 y 5 euros).Aristos. Avda. Pío XII, 34. Madrid. Tel.: 91 345 04 50. Juan Pablo Felipe, director del hotel y del restaurante El Chaflán ofrece un desayuno para los clientes (sólo room service) muy original en su concepción: tres opciones escalonadas servidas en pequeñas porciones de presentación minimalista. El exprés (8,75 euros), es rápido: café, zumo, bollería, panes, paté, crema de queso... El ibérico español (14 euros) comprende todo lo anterior más embutidos ibéricos, patés, encurtidos, mermeladas de estación, surtido de panes de leña. En el completo (21 euros) se sirve el exprés, el ibérico y platos calientes elaborados (migas con huevos, presa con salmorejo) con fino o champagne.Omm. Rosellón, 265. Barcelona. Tel.: 93 445 40 00. Tres desayunos ofrecen en el servicio de habitación (entre 20 y 25 euros): el Omm (un continental con minibocadillos salados), el Sano (con ensaladas y licuados de frutas, yogur de cabra y leche de soja) y el Salado (con huevos, quesos y embutidos).Majestic. Pº de Gracia, 68. Barcelona. Tel.: 93 488 17 17. En la habitación se puede tomar un desayuno continental, americano, dietético (entre 27 y 32 euros) o a la carta.

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