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5d. Para invertir
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

A vueltas con las comisiones

Las ofertas se suceden al tiempo que la brecha aumenta. La disparidad entre entidades puede llegar a los 200 euros

Es, de lejos, el capítulo bancario que mayores controversias genera. Abusivas para unos -los clientes-, escasas para otros -bancos y cajas-, no hay acuerdos cuando se trata de poner precio a un servicio financiero o a una operación bancaria. Ni siquiera las entidades parecen tenerlo claro. La diferencia de precios es tal, que no extraña que el apartado de las comisiones lidere el número de quejas presentadas cada año ante el Servicio de Reclamaciones del Banco de España. Desde cero gastos de algunos bancos -en su mayoría de internet- a los cerca de 200 euros anuales que pueden llegar a cobrar algunas entidades por los servicios mínimos (mantenimiento y administración de cuenta, una tarjeta de débito y otra de crédito -sin plásticos adicionales-, entre otras), la disparidad es evidente.

Las cifras son las que son, pese a que bancos y cajas se apresuren a repetir que todo es negociable, que estos gastos varían (se reducen) según la vinculación y que sólo en contados casos se aplican todas las comisiones que figuran en su tabla de tarifas, por otra parte libremente establecidas por las entidades que tienen como única obligación la publicación de los máximos efectivamente cobrados ante el Banco de España.

Diversos bancos y cajas, de hecho, eximen a algunos colectivos de muchos de estos costes desde hace años. Tal es el caso de Ibercaja, Caixa Galicia y Bancaja que no cobran a los jóvenes; Unicaja que mantiene excepciones a distintos colectivos (según un estudio interno, la media que cobra la caja en concepto de comisiones es de 19 euros al año), o Caja Madrid, cuyo presidente ha anunciado recientemente que se plantea incluir a los pensionistas (los jóvenes ya lo están) en su política de comisiones cero. Otras, por su parte, se han inclinado por agrupar estos costes en un paquete único y a un precio menor, según defienden, -las conocidas tarifas planas que ofrecen BBVA, Banesto, La Caixa, Banco Popular o Fibanc- y las hay que han optado por devolver un porcentaje de los gastos a los clientes más vinculados (es decir, a los que tienen un mayor número de productos contratados) como Caja Duero (el 40%), mientras ING, por su parte, ha apostado por retornar el 2% de los recibos domiciliados de luz, gas y teléfono, entre otros. Por último, están las que, como el Sabadell, no han movido ficha pero se plantean cómo hacerlo.

Las últimas, Caja Duero y Unicaja

Pero la batalla que se libra estos días respecto a las comisiones no es gratuita, como tampoco responde a un acto altruista de las entidades. El catalizador ha sido el Santander que, hace escasos 15 días, anunció la supresión de muchos de estos gastos a quienes estuvieran vinculados con una hipoteca, una nómina o pensión o un plan de pensiones activo, lo que supondrá un ahorro medio, según la entidad, de 37,5 euros al año para los clientes. Bancaja, la CAM y luego Cajamar, no dudaron en seguir sus pasos, aplicando idénticas medidas casi de forma automática.

La reacción no se ha hecho esperar y todavía hoy resuenan los ecos del anuncio. Caja Duero se unió este mismo viernes a la tendencia con el lanzamiento de una cuenta nómina que exime de costes a los clientes que la contraten. Y el presidente de Unicaja, también el viernes, anunció que la caja lanzará una tarifa plana, cuyo coste, 'aún sin concretar, estará entre los más económicos que existen' la más barata cuesta dos euros.

Las críticas al SCH (que parten de comisiones más altas o que estaban perdiendo cuota de mercado) no han tardado en llegar; pero, el beneficiario está claro: el cliente. Y es que, ante la exención, no valen las tarifas planas, ni la defensa de una mayor calidad de servicio, como defienden sus competidores. Sólo por administración de cuenta, una entidad puede llegar a cobrar 34 euros con los movimientos básicos de un usuario, esto es, recibos de servicios como la luz, el agua, el teléfono y el gas. Si se la añaden los habituales movimientos de tarjeta y las cuotas que se cobran por renovación (el primer año suelen ser gratuitas), la cifra puede ser mucho mayor (hasta los mencionados 200 euros). Esto, sin realizar transferencias y con cuidado de no equivocarse de cajero y sacar dinero en un terminal de otra entidad y en la propia ciudad, que en algunos bancos y cajas también está penalizado.

Si el cliente es muy activo, quizás pueda interesar un paquete de comisiones (dependiendo del banco su coste está entre los dos euros al mes que cobra La Caixa por el paquete básico hasta los 12 euros de Banesto y BBVA en los más sofisticados), pero pocos son los usuarios que realizan un número ilimitado de transferencias mensuales o alcanzan el máximo que ofertan estos paquetes, y quien lo hace suele ser considerado 'un buen cliente' con la pertinente rebaja en los costes que esto significa.

En un intento de defender los precios existentes (más altos en muchos casos desde el pasado 1 de enero), ya hay voces que se alzan apuntando que esta guerra puede redundar en una merma de la calidad. Una elección, entre precio y calidad, que si no debe estar reñida, sí al menos dejar en manos del cliente.

Si no ganar, al menos no perder

Cambiar de banco en busca de la oferta es harto complicado. Y las entidades financieras lo saben. De ahí, que si sus márgenes o su estrategia no les permiten replicar la penúltima promoción, al menos intenten resarcir al cliente que permanece fiel.Tal es el caso de entidades como BBVA o Banesto, que esta semana, si bien no han seguido al pie de la letra el ejemplo del Santander, han intentado premiar al que llega o permanece. Banesto remunera con 150 euros a quien domicilie su nómina. Permanecer en ella durante 25 meses es el requisito. BBVA, una de las entidades que más apostó por la tarifa plana, no elimina las comisiones habituales para los que no optan por esta opción (de hecho, en enero elevó las cuotas de sus tarjetas, como La Caixa o Banesto), pero ofrece una promoción a quien llegue a la entidad con su nómina o la tenga ya domiciliada. Además de regalarle el paquete básico de las Cuentas Claras, le ofrece una rebaja del 50% en Cuentas Claras Plus o Extra y un crédito al 0% de interés el primer año (el segundo el interés es del 7,5%) con un límite de 30.000 euros y servicios no financieros añadidos. Esta promoción, por el momento, dura dos meses.

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