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Producción industrial

La competencia global estanca la actividad industrial española

El año pasado se cerró con un incremento nulo en el índice de producción industrial (0,6% de media, si se tiene en cuenta el efecto calendario). El incremento de la competencia externa, representada por el auge de los productos chinos, explica buena parte del estancamiento.

La producción industrial no avanza, y un repaso a su desglose por actividades puede explicar por qué: de los cinco sectores con peores resultados, tres están relacionados con el vestuario (textiles, cuero y zapatería, y confección y peletería), y otro, con material electrónico. Todos ellos retroceden alrededor de un 10% en la media año, acusando la avalancha de productos chinos derivada de la liberalización comercial.

El índice de producción industrial (IPI), elaborado por el INE, mide la evolución de la actividad productiva de las ramas industriales, excluida la construcción. Mediante una encuesta mensual entre más de 13.200 establecimientos, evalúa cantidad y calidad producida, eliminando la influencia de los precios.

Atendiendo al destino económico de los bienes, el año pasado sólo se registró un avance significativo en la energía, con un 2,9%. También creció la producción de bienes de consumo, un exiguo 0,1%. Dentro de esta rúbrica, los de consumo duradero cayeron un 1,1%, mientras que los de consumo no duradero crecieron un 0,3%. Los otros dos grandes epígrafes registraron descensos: la producción de bienes intermedios cayó un 0,6% y, la de bienes de equipo, un 0,8%. Esta última cifra denota una limitada competitividad de las empresas españolas, pues mientras la inversión en capital fijo crece cerca del 10%, la producción de esos bienes duraderos incluso retrocede. La X de la ecuación se encuentra en las importaciones: buena parte del crecimiento español se basa en maquinaria adquirida en el exterior.

Entre las actividades que se salvaron de la quema el año pasado, destacan las de productos metálicos salvo máquinas; edición y artes gráficas; y energía eléctrica y gas, todas ellas con crecimientos superiores al 4%.

Si se toma en cuenta únicamente el mes de diciembre, los datos son algo más esperanzadores: el IPI creció ese mes un 0,9% respecto al mismo periodo de 2004, aunque el avance es mucho más alto si se tiene en cuenta el efecto calendario: 4,1%.

La producción industrial registra diversos estados de salud a lo largo y ancho del territorio. Mientras Andalucía, Murcia y Baleares registraron el año pasado avances medios por encima del 5%, Cataluña, Comunidad Valenciana y Extremadura perdieron más del 2% de su producción industrial.

Un lustro con mínimos avances en el sector secundario

El nimio avance del índice de producción industrial registrado el año pasado no es excepcional. De hecho, en el último lustro la producción del sector secundario apenas se ha movido del índice 100.La crisis de la primera mitad de la década de los 90 se saldó con un deterioro notable de la actividad industrial, cuyo índice pasó de los 85 puntos a poco más de 70. Sin embargo, la vuelta a la senda del crecimiento económico llevó aneja una evolución paralela del IPI, que en 2000 superó la barrera de los 100 puntos. Desde entonces, la medida ha registrado vaivenes de poca entidad para mantenerse en ese entorno.

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