Fármacos que ayudan a dejar de fumar
Parches, pastillas, chicles, sprays nasales... Muchos ex fumadores saben por experiencia que los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar pueden adoptar múltiples presentaciones. Desde medicamentos que sólo pueden adquirirse con receta -como es el caso del bupropión- hasta la denominada terapia sustitutiva de la nicotina (TSN), que se comercializa en forma de los populares chicles, parches y sprays. ¿Son efectivas estas terapias?
Pese a que durante la tramitación parlamentaria de la Ley del Tabaco, algunas manifestaciones de la ministra de Sanidad, Elena Salgado, sobre la efectividad real de estas terapias suscitaron dudas sobre el tema, los especialistas lo tienen muy claro. 'La eficacia de estos tratamientos a un año vista es incuestionable, hay consenso científico en ese aspecto. Lo que no está demostrado es su funcionamiento a largo plazo, no hay estudios todavía sobre ello. Un adicto al tabaco necesita de media de tres a cinco intentos en siete años para dejarlo, no es algo que se haga de una sola vez', explica el doctor Rodrigo Córdoba, presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), un organismo al que están adscritas la mayoría de las sociedades médicas españolas.
Desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), la postura es similar. 'La terapia sustitutiva de la nicotina es el tratamiento antitabáquico más estudiado y el que dispone de un mayor sustento científico y bibliográfico, motivo por el cual estos productos están autorizados en todo el mundo', apuntan. Así, el organismo recuerda cómo recientemente se ha llevado a cabo una revisión de 123 estudios científicos comparativos 'en los que queda constatado que la terapia sustitutiva prácticamente duplica las posibilidades de éxito para las personas que quieren dejar de fumar'.
El coste de los tratamientos oscila entre 160 y 180 euros y duran dos meses
Pero, ¿qué se considera un porcentaje de éxito en este campo? 'En el mejor de los casos lograr que un 40% de pacientes abandonen el consumo al año se considera un éxito', señala Córdoba. El coste de estos tratamientos, que suelen ir acompañados de terapias psicológicas de apoyo, es de 160 a 180 euros y suelen durar dos meses. En cualquier caso, los especialistas coinciden al afirmar que tanto la terapia sustitutiva de nicotina (que puede adquirirse sin receta médica) como el bupropión deberían prescribirse siempre dentro de un programa de tratamiento de la adicción supervisado por un profesional médico.
Pese a ello, también coinciden en que se trata de fármacos seguros sin efectos secundarios graves.
Ambos tratamientos tienen sus indicaciones. En el caso de la terapia sustitutiva de nicotina, lo que se pretende es eliminar el síndrome de abstinencia del paciente fumador mediante el aporte de nicotina por una vía distinta a la del cigarrillo. La TSN está disponible en forma de chicles, parches de nicotina que se absorbe a través de la piel o sprays nasales que actúan a través de la mucosa nasal.
Por su parte, el bupropión es un medicamento antidepresivo que en los últimos años ha demostrado su eficacia en las terapias para luchar contra la adicción al tabaco. Se trata de un fármaco que requiere ser administrado bajo receta médica y que, como la terapia sustitutiva de nicotina, puede combinarse con terapias de apoyo psicológico que refuercen su tasa de efectividad entre los adictos al tabaco que se deciden a abandonar el hábito.