Diseñar el jardín sin ayuda profesional
Una casa impecable, una mudanza hecha a conciencia, un garaje perfectamente acondicionado y un páramo desierto y desolador que estropea todo el conjunto. Diseñar personalmente el jardín es la primera idea que pasa por la mente de muchos flamantes propietarios de terrenos. Las librerías están llenas de libros sobre jardinería y paisajismo, los viveros proporcionan especies de todo tipo y un vistazo a los catálogos de una multinacional como Baker, por ejemplo, permite comprar semillas y bulbos sin moverse del sillón. La teoría es aparentemente sencilla, la práctica, no tanto.
'Lo primero que debe hacer el propietario de un futuro jardín es pensar cuáles van a ser sus necesidades respecto a ese espacio. Si va a hacer deporte en él, si tiene niños, si organizará fiestas, si quiere un espacio para relajarse. El jardín debe ser una extensión del hogar', explica Isabel García Puente, uno de los tres propietarios del Estudio Liquidambar, una empresa dedicada al diseño de jardines y arquitectura de exteriores. Los hermanos García Puente diseñan jardines adaptados al gusto del cliente, pero sin perder de vista que se trata de espacios contemporáneos y tratando de incorporar a ellos las últimas tendencias en paisajismo. Por un presupuesto entre 40 y 60 euros por metro cuadrado y un plazo de ejecución de dos a tres meses, el estudio entrega un jardín completo, con árboles y plantas, riego y los elementos arquitectónicos necesarios para rematar el conjunto.
Los precios de los especialistas suelen estar en relación a la extensión del terreno, sus características y las especies vegetales a elegir. El Patio de Mi Casa, una empresa que realiza proyectos a través de internet, ofrece diseños que oscilan entre 75 euros en los jardines de menos de 50 metros hasta 182 euros en los que miden hasta 1.500 metros. Las tarifas no incluyen la ejecución, sino únicamente el diseño del trazado con la elección de las plantas más adecuadas.
Para aquellos que, pese a todo, optan por hacerlo por sus propios medios, los paisajistas aconsejan prestar atención al trazado y elegir las especies adecuadas al clima y terreno. 'Antes no se daba importancia al terreno, se plantaba y punto. Ahora se cuida el trazado, las zonas por donde se quiere pasear, las zonas de juego o las de descanso', apuntan desde Liquidambar. En cuanto a las características del terreno y el clima es importante tener en cuenta aspectos como las restricciones de agua en determinadas zonas españolas, una circunstancia que puede hacer desaconsejable diseñar un jardín repleto de praderas de césped.
Elegir plantas en función de su estética y sin tener en cuenta si son adecuadas para el tipo de suelo y el clima es otro error común. Así, en los foros de jardinería que proliferan en la red no es infrecuente encontrar a aspirantes a jardineros empeñados en sacar adelante plantas tropicales en pleno Pirineo aragonés o en plantar macizos de hortensias bajo el sol plomizo de Almería.
'Es muy importante resolver bien la base del proyecto de jardín. Aunque se decida trabajar sin asesoramiento y sin diseño es fundamental pensar la estructura. Cuando no se hace esto el resultado es caótico', advierte Carlos García Puente.
Para aquellos que no tienen paciencia y buscan árboles crecidos para trasplantar a sus terrenos, los paisajistas recuerdan que es una opción viable, pero resulta cara y el éxito de la operación depende del tipo de planta. Las coníferas, por ejemplo, se trasplantan mal, mientras que en ejemplares como el roble hay opiniones divididas.
Relación personal
La relación que se establece entre el paisajista y el propietario del futuro jardín determina en gran medida el resultado del proyecto. 'Hay una atracción recíproca entre el cliente y nosotros. Es una relación que dura varios meses y en la que acabamos conociéndonos', explica Carlos García Puente. Así, contratar a un paisajista supone discutir con él todos los aspectos del jardín, escuchar sus consejos profesionales y aportar también la visión personal de lo que el propietario quiere que sea el futuro jardín. Al igual que con un arquitecto de interiores o con un decorador, la fluidez de esa relación determinará en buena medida el éxito del jardín. Otro punto importante a tener en cuenta es que la ejecución del proyecto implica el desembarco de un buen número de operarios durante el periodo en que se llevan a cabo las obras. 'Nosotros a partir de que tenemos claro qué es lo que quiere el cliente no escatimamos esfuerzos. Llevamos muchos operarios para terminar el proyecto cuanto antes', apunta García Puente. Como en cualquier otro campo, es fundamental informarse sobre la solvencia de la empresa, pedir un presupuesto detallado con antelación y preguntar si la empresa se ocupa también del mantenimiento del jardín.