Bruselas reclama a Reino Unido que reduzca su déficit fiscal
Ni siquiera la boyante economía británica cumple ya el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea. La Comisión Europea pidió ayer a Londres que adopte medidas de contención fiscal para, en el plazo de un año, colocar el déficit público por debajo del 3% del PIB, tal y como exige el Pacto. El Reino Unido se añade, por tanto, a la larga lista de países europeos que incumplen las normas fiscales de la UE, en la que ya figuran las otras tres grandes economías del club (Alemania, Francia e Italia).
El deterioro de las finanzas públicas continúa a pesar de la incipiente recuperación económica. Los 25 socios de la Unión cerraron 2005, según las estimaciones de la Comisión, con un déficit medio del 2,7% (una décima más que en el ejercicio anterior). La situación fue más grave para la zona euro, que elevó dos décimas, hasta el 2,9%, su déficit medio.
El comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, mantiene, a pesar de estos datos, la confianza en el saneamiento presupuestario y en la viabilidad del nuevo Pacto de Estabilidad. 'El nuevo Pacto descarta las medidas coyunturales de ingeniería contable para cumplir a corto plazo, y se centra en las medidas estructurales y en el medio plazo', valora el comisario.
La clave, Alemania
Almunia cree que la prueba de fuego para el nuevo marco de vigilancia presupuestaria llegará con la tramitación del procedimiento de déficit excesivo a Alemania, Francia e Italia. 'Creo que en los tres casos se va aplicar sin conflictos', apuesta el responsable comunitario de Economía.
Ayer mismo, sin embargo, Londres parecía desafiar la autoridad comunitaria, a pesar de que, según Almunia, el esfuerzo fiscal que se le pide es mínimo. Fuentes del Tesoro británico citadas por Reuters aseguraban que los planes presupuestarios presentados el mes pasado por el ministro de Finanzas, Gordon Brown, 'no se verán afectados' por el expediente comunitario.
Brown todavía puede pelear en el Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea para abortar la recomendación de Almunia o intentar suavizarla. De hecho, tiene un as en la manga para negociar: como Reino Unido no pertenece a la Unión Monetaria, integrada sólo por los doce países del euro, Bruselas nunca podría imponer sanciones pecuniarias a Londres por su falta de compromiso fiscal con el conjunto de Estados miembros.