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CincoSentidos

Diamantes, la inversión con más glamour

Estas piedras se revalorizan entre el 3% y el 6% anual y pueden comprarse con garantías

Es muy diferente a la inversión en acciones, bonos u otros productos financieros, que se adquieren y venden en mercados muy organizados y con reglas controladas por organismos reguladores. Incluso los activos inmobiliarios o la compra de oro se rigen por normas más públicas y más conocidas. Pero eso no significa que la compra de diamantes o de otras piedras preciosas deje de ser una alternativa inversora, una opción en la que a la revalorización anual se une el innegable glamour de unas piezas únicas.

Los expertos creen que son adquisiciones que pueden realizarse con plenas garantías, pero siempre y cuando se realicen con las debidas precauciones. José García de la Fuente, de Diamond Ibérica, defiende la validez del diamante como componente de un patrimonio diversificado y subraya que precisamente una de sus ventajas es que se puede invertir en ellos con criterios muy objetivos. 'Hay cuatro características que marcan de forma diferente el precio de la piedra y que se denominan las 4C. La talla (cutting), el color (colour), la pureza (clarity) y el peso en quilates (carat weight)', manifiesta.

Lo más importante, a juicio del directivo de Diamond Ibérica, es adquirir las piezas con certificados realizados por entidades reconocidas internacionalmente. 'En Estados Unidos, en Europa y también en España, existen laboratorios que certifican que los diamantes cuentan con las cualidades que se fijan en los documentos que les acompañan', señala. Son el GIA (Instituto Gemológico Americano) y el HRD (Diamond High Council), con sede en la ciudad belga de Amberes. Además está Gemacyt, sociedad española dependiente de HRD.

Otro aspecto básico que se debe tener en cuenta es que la piedra haya sido bien tallada, de forma que toda la luz que entre pueda salir reflejada, según explican las firmas especializadas.

Respecto a la revalorización de los diamantes, los expertos señalan que los estudios más fiables, que abarcan los últimos 15 años, arrojan porcentajes de subidas entre el 3% y el 6% anual. 'Los datos históricos señalan que no bajan de precio', destaca. Pese a que no se trata de mercados como los bursátiles, existen incluso cotizaciones reconocidas en los medios internacionales, como las que elabora la sociedad del reconocido gurú Martin Rapaport.

García de la Fuente añade también que hay que tener en cuenta que el mejor momento para invertir en diamantes es cuando el euro está más fuerte, ya que sus cotizaciones se mueven en dólares.

Fulgencio Alcaraz, de Royal Collections, destaca otra de las características del comercio de gemas que, aunque complica la vida al posible comprador, añade atractivo a la inversión. 'Se trata de un mercado estrecho: la mayor parte de las piezas se destina a joyería, mientras que queda menos oferta para coleccionistas o inversores', afirma.

Desde su experiencia profesional y como miembro de Royal Collections, entidad que posee más de 15.000 gemas talladas que en conjunto superan los 250.000 quilates, entiende que la compra de piedras de color tiene más posibilidades de revalorización para el inversor que los diamantes incoloros, ya que en éstos los márgenes son más estrechos. 'Con las esmeraldas o los rubíes se pueden conseguir más plusvalías. No hay sustos, las piezas van elevando sus precios entre un 10% a un 15% anual', añade. Sus recomendaciones se extienden a los diamantes de color, como los rosas o los grises.

Pero como otros profesionales, Fulgencio Alcaraz subraya que siempre es necesario adquirir las piedras en establecimientos o entidades que proporcionen certificados. También es posible, añade, acudir a gemólogos para que las analicen antes de adquirirlas. En este sentido, recuerda que en España existen varias escuelas de gemología, dependientes de Universidades, que pueden facilitar información sobre expertos en esa materia.

Joyas

En ambos casos, ya se opte por diamantes incoloros o por otras piedras preciosas, la inversión suele ir unida al placer que proporcionan como joyas ornamentales y decorativas. El ir engarzados en oro o platino no reduce su valor, únicamente el metal precioso suele perder el relacionado con el trabajo de orfebrería, aunque tampoco el de la materia prima. Los inversores pueden optar tanto por la compra de anillos, pendientes o por otras joyas como por las gemas sin engarzar.

Las colecciones suman valor

Cuando una colección es especial su valor no es la suma del precio de las gemas que lo constituyen, señala Antonio Álvarez de Toledo, vicepresidente de Royal Collections. 'El valor es mayor', añade. Aunque esta teoría no se pueda aplicar a todas las colecciones, sí es cierto que es una moda que comienza a extenderse en algunos países, especialmente en Estados Unidos. Algunos clientes de joyerías de prestigio como la famosa Tiffany de Nueva York. Allí, como en otros establecimientos de características similares, es posible comprar colecciones de las 24 piedras preciosas más conocidas por precios que van, según el tamaño de las gemas, desde los 3.000 a varios millones de dólares. Pero no es una pasión nueva. La atracción por las piedras preciosas, por su belleza o para atesorarlas como patrimonio, han calado en casi todas las civilizaciones de las hay huella histórica. Aunque en el caso de los diamantes, palabra que viene del griego y que significa invencible, la fascinación por ellos y por controlar el secreto de su tallado se detecta después en la Venecia de la Edad Media, después toda Europa se rindió ante su brillo.

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