Buenos propósitos para 2006
Las primeras sesiones de Bolsa del nuevo año han salido a pedir de boca. Los inversores más agresivos pueden dejar de lado la lotería y sacar un 40% en dos días con valores como Lingotes Especiales o Nicolás Correa. Telefónica, la cenicienta de los grandes valores en 2005, ha recuperado buena parte de las pérdidas sufridas. La Bolsa ha encadenado cinco subidas y sólo ha fallado en el asalto al 11.000. Y Repsol ha dado la bienvenida a Evo Morales, que se supone va a tumbar sus planes en el altiplano andino, con una fuerte subida. La Fed, por su parte, da a entender que las alzas de tipos de interés pararán pronto.
Dada la innata capacidad de la Bolsa para convertir deseos en realidad -es decir, en dinero- los buenos propósitos son ya plusvalías contantes y sonantes. Pero es un arma de doble filo, pues también los miedos se pueden tornar en hechos. Y, aunque hoy por hoy el consenso vaya por otro lado, a lo largo del cambio de ejercicio algunos analistas han señalado que la Bolsa podría sufrir una corrección seria, de alrededor de un 10% para el mercado estadounidense. Si se trasladase al mercado español se trataría de la primera corrección digna de tal nombre desde que la Bolsa empezó a subir en marzo de 2003. Desde ese momento los mayores tropezones no se han comido más que un 5% o 6% del Ibex.
Entraría esta hipótesis dentro de lo razonable, pues el escenario de tipos de interés invita a ello. Estados Unidos ya ha cerrado 2005 en números rojos debido precisamente al endurecimiento de la política monetaria. Históricamente las subidas de tipos han tenido efecto, fuese éste mayor o menor, en el mercado.
En cualquier caso, los propios analistas que alertan de esta posible corrección también señalan -salvo Soros, que ve recesión en EE UU en 2007- que el año se cerrará con subidas. Según esta tesis, el endurecimiento monetario no hará descarrilar el crecimiento de las economías y, sobre todo, de los beneficios.