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Banca

Las cajas salen del capital de los bancos

Las cajas de ahorros han comenzado a deshacer posiciones en el sector financiero, forzadas por las nuevas normas internacionales de contabilidad y las reticencias del Banco de España sobre su presencia en el capital de los bancos. La Caixa, Caja España y Caixa Galicia ya han vendido parte de sus participaciones.

La entrada en vigor de las nuevas normas internacionales de contabilidad ha obligado a las cajas de ahorros a reordenar sus carteras industriales, ya que desde el pasado junio no se pueden consolidar las participaciones inferiores al 20%. Esta exigencia ha precipitado la salida de estas entidades de la estructura accionarial de los bancos, una presencia que además ha contado desde siempre con un fuerte rechazo del Banco de España.

La Caixa, tercera entidad financiera en España y la caja que posee el mayor grupo industrial, ha sido una de las primeras en dar el paso en este proceso de desinversión. En enero de 2005, decidió desprenderse del 4,21% del alemán Deutsche Bank, una operación que le reportó unos ingresos de 1.450 millones de euros y unas plusvalías de 25 millones.

Seis meses más tarde, La Caixa anunciaba su intención de liquidar su participación en el brasileño Itaú, donde contaba con un 3,12%. Esta inversión, que se remonta al año 2000 y le supuso un desembolso de 198 millones de euros, acumulaba unas plusvalías de 330 millones de euros. Aunque de momento se ha desprendido de un 2,25%, el propósito de La Caixa es abandonar de forma paulatina el capital de la entidad brasileña a través de ventas en el mercado de valores. Le queda un 0,87%.

La caja ha insistido en los últimos meses en que sólo mantendrá en su cartera aquellas compañías que considera estratégicas, por lo que podría decidir en breve reducir su peso en las otras dos participaciones que le quedan en el sector financiero: el Sabadell y el portugués BPI.

Su entrada en el Sabadell, que data del año 2000 cuando utilizó al Banco Herrero como moneda de cambio para hacerse con un 15% de la entidad catalana, ha estado considerada siempre como una decisión financiera, aunque también ha servido de escudo ante posibles intentos de compra del Sabadell. Este respaldo podría flaquear ahora, ya que La Caixa necesitará disponer de más recursos si triunfa la opa de Gas Natural sobre Endesa y quiere mantener su peso la compañía gasística, donde tiene un 34,5%. De momento, la caja ha bajado su participación desde el 14,7% hasta el 13,7% y cuenta con unas plusvalías de 220 millones.

También está en tela de juicio la permanencia de La Caixa en el portugués BPI, con un 15,9%. En esta última entidad aún preserva una alianza con Itaú.

Pero La Caixa no ha sido un caso aislado, sino que otras entidades como Caja España y Caixa Galicia han dado por finalizada su presencia en el capital de bancos de tamaño mediano. Caja España vendió de golpe el 5% que tenía del Banco Pastor, un paquete que fue colocado por Deutsche Bank entre inversores institucionales. Caixa Galicia, por su parte, prefirió hacerlo en dos bloques: en febrero se deshizo de un 4,9% de este mismo banco, para posteriormente liquidar su histórica participación con la venta de otro 4,9%. Entre estas dos operaciones, Caixa Galicia se embolsó unas plusvalías de unos 130 millones de euros.

El abandono de ambas entidades ha provocado un fuerte cambio en la estructura accionarial del Pastor, con la entrada del fundador y propietario mayoritario de Inditex, Amancio Ortega.

A pesar del inicio de este imparable proceso de ventas todavía quedan algunas excepción, entre las que están las cajas vascas BBK y Kutxa. Ambas se han mostrado muy firmes en su intención por permanecer en el Banco Guipuzcoano, donde su peso actúa de blindaje ante posibles pretendientes a hacerse con el control de esta entidad. La BBK cuenta con 14,47% y la Kutxa con un 9,98%, por lo que si triunfa la fusión de las tres cajas vascas sumarían un 24,45% del capital.

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