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CincoSentidos

La mejor nieve alpina

Recibir el año nuevo en las codiciadas estaciones suizas de invierno ya no es un privilegio exclusivo de aristócratas y millonarios

Despedir al año moribundo y recibir al nuevo inmersos en un blanco absoluto, no deja de tener algo de simbólico y esperanzador: es como una escenificación del 'borrón y cuenta nueva', tan anhelado en estas fechas. Que esa página en blanco sea de papel cuché, ya no es un lujo al alcance de pocos. No necesariamente. Tres estaciones suizas de invierno ejemplifican bien esa creciente 'democratización' de las pistas de esquí y del tinglado social que arropa a los afanes meramente deportivos.

La más prestigiosa de todas tal vez siga siendo Saint-Moritz, en la región de los Grisones. Muchas escenas trepidantes de James Bond persiguiendo a los malvados por la nieve están rodadas en aquel dúplice valle de la Engadina. Claro que antes se habían encargado de dar lustre al lugar escritores como Thomas Mann (que maduró allí La montaña mágica), Hermann Hesse o Friedrich Nietzsche. Actores de cine, millonarios y testas coronadas pasan inadvertidos en las colas de los arrastres, a menos que haga su aparición algún paparazzi indiscreto.

Mucho más accesible y demótico es el Val de Bagnes, en la región del Valais, un enclave con guiños y maneras casi mediterráneos, donde se ubican estaciones tan conocidas como Verbier, Crans-Montana y Zermat. Los primeros esquiadores asomaron por Verbier en 1910, pero fue a partir de los años cincuenta cuando el lugar comenzó a llenarse de remontes mecánicos, hoteles, apartamentos y gente bastante normal (dentro de lo que cabe: un estudio de 70 metros cuadrados puede costar un millón de euros, y un alquiler semanal de un chalet, llegar hasta 6.000 euros).

Pero el lugar es tan extraordinario que muchos amantes de la nieve buscan fórmulas y resquicios para colarse en aquel paraíso blanco. Desde los miradores del glaciar Mont-Fort (3.330 metros) se cierne el techo de Europa, entre cuyas 'tejas' sobresalen las crestas del Cervino, el Mont Blanc (4.800 metros) y toda una corona mágica de tresmiles resplandecientes. Una prueba contundente de la creciente 'democratización' de las pistas de esquí es que en ellas abundan cada vez más los snowboarders, haciendo piruetas y locuras con sus tablas. El snowboard es frente al esquí alpino lo que el rock frente a la música clásica.

A un paso, en el mismo valle, queda la estación de Crans-Montana, recostada en laderas boscosas que arropan a un lago helado. Y un poco más retirada, la exclusiva estación de Zermat, un pueblo casi de cuento del que se han proscrito los coches, a menos que vayan tirados por caballos. Un poco más a poniente, al pie de los Alpes de Vaud y casi a orillas del lago Leman, Les Diablerets es otro pueblecito con más de 120 kilómetros de pistas de esquí alpino, 20 rutas para esquí nórdico y media docena larga de pistas para trineo. Con el valor añadido de estar a pocos minutos de ciudades de poco vecindario y mucha animación, como Vevey, Montreux, Nyon o la olímpica Lausanne, donde el binomio 'tradición navideña y deporte' resulta ejemplar.

Guía para el viajero

cómo llegar Swiss (teléfono 901 116712, www.swiss.com) vuela directamente desde Madrid y Barcelona hasta Zurich o Ginebra; desde el primer aeropuerto hay trenes cada hora hacia St.Moritz, el trayecto dura cuatro horas. También desde Zurich o desde Ginebra se puede tomar el tren (unas dos horas) hasta Les Diablerets, o continuar hasta Martigny; desde allí hay que tomar un autocar para acceder a las estaciones de Verbier, Crans-Montana o Zermat.dormir Badrutt's Palace Hotel es el símbolo mundano de St. Moritz y uno de los más lujosos de la zona, con 209 habitaciones, 40 suites y dos restaurantes de alta cocina (+41 81 8371000); más asequible, el Posthotel (Vial dal Vout 3, +41 81 8322121), en la parte baja del pueblo con espléndidas vistas. En Verbier: Farinet (+41 027 7716626, farinet@axiom.ch) es uno de los clásicos, en la plaza central, con mucha animación por la noche.comer Chesa Veglia (Via Selas 27, +41 81 8371000) es el restaurante más célebre de St. Moritz, y también el más antiguo (de 1658), allí se dan cita los famosos (recuerdan con cariño al rey de España); cerca de allí, Jöhris Talvo (+41 81 8334455, Via Gunels 5) organiza cada invierno un Festival Gourmet que reúne a los mejores cocineros del mundo. En Verbier: Le Rosalp (+41 27 7716323) es uno de los restaurantes suizos mejor puntuados por la guía Gault Millau.

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