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El turismo recupera la tradición de las colonias industriales

Este ha sido el año de la recuperación del legado fabril de la primera Revolución Industrial en Cataluña. Las colonias textiles que jalonan las cuencas de los ríos Llobregat, Ter y Cardener han conmemorado en 2005 el 150 aniversario de la ley que permitió la creación de estos recintos que concentraban toda la vida de los trabajadores: desde la vivienda, la iglesia y el economato hasta, naturalmente, la factoría. El 21 de noviembre de 1855 la Ley de Colonias Agrícolas establecía una serie de beneficios fiscales para este tipo de complejos, que fue aprovechada por los industriales textiles.

Entre otras iniciativas, la Generalitat catalana ha declarado bien cultural de interés nacional la factoría de cemento de Asland en El Clot del Moro, en Castellar de n'Hug (Barcelona). Se trata de la primera fábrica de cemento portland que instaló esta compañía, actualmente en manos de la francesa Lafarge. La fábrica recibió la visita del rey Alfonso XIII y del jefe del Gobierno Antonio Maura en 1908, comitiva que también se interesó por la colonia textil Sedó de Puigreig (Barcelona).

El centro fabril de Asland está ubicado en una zona de difícil acceso, situación que forzó su cierre en 1975. Sin embargo, cuenta con un gran interés arquitectónico, al ser un diseño de Rafael Gustavino, que patentó el sistema de construcción entre columnas de la vuelta catalana. Además, estaba construida en cascada, es decir, la piedra calcárea que se utilizaba de materia prima descendía por la montaña y se trituraba, para terminar el proceso de producción del cemento en la parte baja. Un ferrocarril transportaba el material hacia Guardiola de Berguedà (Barcelona), donde conectaba con la línea férrea que comunicaba con las colonias textiles del Llobregat.

La factoría de Asland y las 75 colonias textiles y mineras existentes en Cataluña han experimentado una lenta agonía en los últimos 20 años, especialmente después de las más recientes crisis algodoneras. La movilización social ha sensibilizado a la propia Administración, que ha activado una serie de iniciativas destinadas a recuperar el patrimonio industrial para el turismo. De esta forma, en julio pasado se puso en marcha el antiguo ferrocarril que conectaba la factoría de cemento y que quedó en desuso a principios de los años sesenta. Más de 4.000 personas utilizaron este nuevo aliciente turístico durante el verano. Los ayuntamientos locales ya piensan en añadir más vagones y aumentar la capacidad del tren para realizar rutas turísticas comentadas. En un recorrido de 3,5 kilómetros, el ferrocarril para en los jardines Artigas, que diseñó Antoni Gaudí, el arquitecto modernista que realizó otros proyectos industriales, como la colonia textil Güell, en Santa Coloma de Cervelló (Barcelona).

La Administración catalana ha impulsado otros proyectos, con el desarrollo de varias iniciativas inmobiliarias para rehabilitar viviendas dentro del recinto de las colonias. Este es el caso del convenio urbanístico de la Fábrica Nueva en Sallent (Barcelona), con capacidad para 220 viviendas, o los parques del río Ter (que recupera cuatro kilómetros en el curso fluvial) y el que se desarrolla entre Navàs y Berga, en el Llobregat.

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