La videoconsola bajo control ayuda al desarrollo del niño
En plena campaña de Reyes arrecian los mensajes sobre el papel positivo de los videojuegos en el desarrollo y educación de los menores. El último procede de la Universidad Europea de Madrid, donde ayer se hizo público un informe sobre la influencia de la nueva forma de jugar. Tras 2.876 entrevistas la conclusión es que la videoconsola resulta compatible con el buen ambiente familiar, según el 83% de los encuestados.
Ante los padres que se plantean la entrada del videojuego en sus hogares, esta entidad privada afirma que 'favorecen el trabajo en equipo, la competitividad, la capacidad de superación y la destreza visual, pero es indispensable la tutela de los mayores', declara Joaquín Pérez, autor del estudio.
Los pequeños de cero a seis años suelen jugar con sus padres, los de siete a 17 lo hacen en pandilla y los mayores de edad prefieren competir contra la máquina. Además, se revela que el 41% de los usuarios hacen amigos gracias a la videoconsola.
Uno de cada tres menores maneja juegos inadecuados para sus edades
Claramente a favor de su indicación a cualquier edad, los autores aclaran que son los mayores quienes deben permanecer alerta sobre el tipo de juegos que llegan a casa: 'Con esta encuesta ponemos fin al tópico del autista que se encierra en su habitación con un videojuego y una pizza, incapaz de relacionarse con la familia o con los amigos', resume Carlos Fernández Astiz, decano de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Europea de Madrid.
Este mensaje optimista, con el que comulga Adese, patronal de los distribuidores de juegos y videoconsolas en España, es compartido por otras organizaciones, pero con matices. José Antonio Luengo, psicólogo y secretario general del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, opina que la sociedad se enfrenta a un problema nuevo: 'Los juegos han pasado de generación a generación con escasas variaciones, pero los padres de hoy se encuentran con que los menores manejan algo desconocido. Eso crea una preocupación lógica'.
La institución pública aplaude la labor de autorregulación que lleva a cabo la industria del videojuego, especialmente con la publicación de un código que indica a quién se dirige el producto, llamado Pegi: 'Se puede elegir lo que más se adapta a los niños y aprovechar sus virtudes', dice Luengo. Pero este experto en el trato con niños no deja de recordar que uno de cada tres pequeños manifiesta que maneja contenidos inadecuados para sus edades y que un 14% reconoce cierta dependencia.
Por tanto, las distintas partes coinciden en que no hay problema en regalar una videoconsola, pero es irresponsable no hacer un seguimiento de su uso. Una vez desenvuelto el regalo, dice José Antonio Luengo, habrá que pactar con el niño: 'Lo mejor es jugar durante el fin de semana, con lo que se favorece el control de los padres, y nunca sobrepasar una hora diaria'.
Otro consejo útil es instalar el dispositivo fuera de la habitación del niño. 'Conviene que los padres prueben el juego', añade el presidente de la Asociación Protégeles, Guillermo Cánovas, quien echa de menos una regulación que controle la venta a menores. Tildando su voz como una crítica, Cánovas reconoce que no pondría una videoconsola en manos de un menor de siete años.
En caso de rechazo a regalar la videoconsola habrá que atender al llanto del pequeño: 'Se causa una frustración que se soluciona sustituyendo el juego digital por otro entretenimiento', coinciden Cánovas y Luengo.
Al margen de debates éticos, la industria del videojuego ha desplazado por impacto a la del cine, con una facturación de más de 800 millones al año en España.
Ansiedad ante un móvil estropeado
'Me parece aberrante, salvo en casos de máxima necesidad, que un menor de 14 años lleve un móvil en el bolsillo', dice José Antonio Luengo, secretario general del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, la cuota de usuarios crece mes a mes entre la infancia.Un estudio realizado por la Organización de Protección de la Infancia en Tecnologías de la Información (Protégeles) señala que sólo un 24% de los menores realiza llamadas a diario a través del celular. Sin embargo, la mitad remiten SMS con frecuencia diaria. El fin de semana registra el mayor volumen de tráfico, con una media de diez a 20 mensajes por niño y día.Estos usuarios no suelen conformarse con cualquier dispositivo. El 78% ha tenido más de un móvil y el 24% de éstos ha visto pasar por sus bolsillos hasta cuatro modelos distintos. Por tráfico, un 18% paga más de 20 euros mensuales y un 7% presenta facturas a sus padres por encima de los 40 euros al mes. Con terminales en el mercado con los que se puede chatear, intercambiar fotos, jugar o grabar vídeo conviene preguntarse hasta qué punto se trata de una herramienta adecuada para los niños. El estudio firmado por Protégeles sostiene que dos de cada diez pequeños se han sentido acosados a través del móvil y una mayoría muestra ansiedad cuando se ve obligada a prescindir de él porque se les castiga o, simplemente, se estropea.