España plantea reducir su aportación al 'cheque británico'
Los primeros ministros de los 25 países de la Unión Europea iniciaron anoche la decisiva negociación sobre los presupuestos comunitarios para 2007-2013. La cena de trabajo no había concluido aún al cierre de esta edición, pero la delegación española confía en que el Reino Unido ofrezca hoy una rebaja del llamado cheque británico que permita a España mejorar significativamente su saldo presupuestario.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó ayer a Bruselas con la mitad de las reivindicaciones cubiertas. Pero le falta aún por recorrer el tramo necesario para lograr un saldo presupuestario similar al que rechazó el pasado mes de junio. Londres ya ha ofrecido a España un incremento de 500 millones de euros en los fondos estructurales para 2007-2013, y Madrid centra ahora sus esfuerzos en mejorar el saldo reduciendo su aportación al presupuesto comunitario.
El objetivo concreto es el cheque británico, una compensación presupuestaria que Londres recibe cada año (más de 5.000 millones de euros en 2005) y a la que España contribuye con casi 700 millones de euros. La Comisión Europea calcula que sin una corrección en ese mecanismo, la aportación española podría ascender a 6.300 millones de euros.
'Han cambiado las condiciones de origen del cheque', advirtieron fuentes españolas al comienzo de la reunión. 'La proporción del gasto agrícola en relación con el presupuesto ha disminuido y Gran Bretaña, que apenas recibía subsidios, es ahora el quinto país beneficiario'.
Zapatero quiere equilibrar cuentas hasta recibir lo que ofreció Luxemburgo
Zapatero se reunió brevemente con el presidente francés, Jacques Chirac, para coordinar su oposición al cheque. Pero el rechazo es unánime entre los socios comunitarios y el primer ministro británico, Tony Blair, sabe que el acuerdo depende de una cesión parcial en su privilegio. Londres ha aceptado ya renunciar a 8.000 millones de euros durante el próximo septenio presupuestario, pero el resto de socios, con Francia a la cabeza, exigen un recorte de al menos 14.000 millones. El acuerdo podría encontrarse en el punto medio.
En todo caso, Blair exige a cambio el compromiso de París de que en 2009 se proceda a una revisión del gasto agrícola, una partida que ahora absorbe el 40% del presupuesto comunitario y de la que Francia es el principal beneficiario. Chirac se muestra dispuesto a esa revisión pero siempre y cuando la reforma no entre en vigor antes de 2014.
La jornada de ayer se inició, de hecho, con el encuentro de los dos líderes para explorar las posibilidades que hay de aproximar ambas posturas. Fuentes diplomáticas prevén que la batalla final gire en torno a la cláusula de revisión del presupuesto, cuya redacción puede significar una mera promesa de revisión de los capítulos de ingresos y gastos (como quiere París) o un compromiso firme de reestructuración del presupuesto (como querría Londres).
En el caso español, al impacto del cheque británico se une un deterioro general de la posición presupuestaria española, derivada de la convergencia económica de los últimos años y del efecto estadístico provocado por la ampliación (la renta media comunitaria ha descendido con el ingreso de 10 países mucho más pobres que los socios veteranos). La contribución española al presupuesto comunitario ha aumentado un 50% en los últimos cinco años y se ha doblado durante la última década. España aporta ya 9.000 millones de euros.
La pérdida de fondos provocará que el saldo neto español descienda de los 48.000 millones del último año a poco más de 5.000 millones. Londres ofrece a España, de momento, una prolongación del fondo de cohesión entre 2007 y 2013, con una aportación total de 3.250 millones.
Portugal y Grecia se descuelgan
La propuesta de Blair presenta la novedad simbólica de conceder, en ciertos casos, el mismo tratamiento a Grecia y Portugal que a los 10 nuevos socios de Europa del Este. Lisboa y Atenas podrán beneficiarse de un aumento del 5% en la cofinanciación comunitaria de infraestructuras, una oferta con la que Londres intenta ganarse el apoyo de los países del Este. Las ayudas europeas se podrán utilizar además en esos 12 países para pagar el IVA del gasto en esas infraestructuras. Los privilegios ofrecidos reflejan el deterioro de Grecia y Portugal y su lentísima convergencia con la UE.