Ford alcanza un acuerdo con los sindicatos para rebajar la factura médica
Los empleados del tercer fabricante de coches del mundo han concedido un respiro a la compañía en uno de los momentos más difíciles de su historia. Al igual que sucedió con General Motors hace escasamente un mes, la dirección ha arrancado al sindicatos UAW un acuerdo para limitar la factura sanitaria de unos 550.000 empleados, jubilados y familiares. Sólo este año, estos conceptos se llevarán 3.500 millones de dólares de sus ingresos.
Los términos del acuerdo no han trascendido. Según un acuerdo similar alcanzado a mediados de noviembre entre General Motors y la organización, el mayor sindicato de la industria de la automoción, los jubilados tendrán que abonar un máximo de 752 dólares (642 euros) al año para que sus familias tengan cobertura sanitaria, mientras que para la cobertura individual el importe máximo estará en 370 dólares (316 euros).
La aplicación del acuerdo requerirá asimismo que los trabajadores de la multinacional aporten un dólar por hora para sufragar las prestaciones sanitarias de futuros jubilados, mientras que la empresa aportará 3.000 millones de dólares (2.564 millones de euros) en los próximos seis años.
El acuerdo suscrito con la plantilla supone una suerte de alivio para la dirección del fabricante, que prepara una profunda remodelación en Norteamérica. William Clay Ford, presidente y bisnieto del fundador Henry Ford, cree que el fabricante tiene problemas estructurales derivados del hecho de que es una empresa con 102 años y que el ambiente económico en el que ésta se mueve por efecto de la globalización ya no es el de hace un siglo.
El pasado viernes, la prensa avanzó que la próxima reestructuración incluirá el despido de entre 25.000 y 30.000 trabajadores en Norteamérica y el cierre de 10 plantas en cinco años.
Apenas tres días antes, tres días después de que el diario Wall Street Journal había asegurado que Ford estudia despedir a 7.500 trabajadores y cerrar cinco plantas. Ford emplean a 87.000 obreros en EE UU y 11.000 en Canadá. La compañía registró unas pérdidas netas de 238 millones de euros en el tercer trimestre.