Rusia comienza la construcción del mayor gasoducto de Europa
Rusia comenzó hoy la construcción del Gasoducto de Europa del Norte (NEGP), que será el mayor del continente y abastecerá a Alemania y en un futuro a Europa occidental. El gasoducto bombeará 27.500 millones de metros cúbicos de gas anuales desde 2010, enlazará los puertos ruso de Viborg (San Petersburgo) y el alemán de Greifswald por el fondo del mar Báltico, y tendrá ramificaciones hacia Finlandia, Suecia y el enclave ruso de Kaliningrado. El proyecto se inaugura entre dudas sobre su rentabilidad y críticas sobre su impacto ecológico.
Este gasoducto germano-ruso costará 5.700 millones de dólares (4.597 millones de euros), es una empresa de riesgo compartido participada por Gazprom en un 51%, y BASF y E.ON, en un 24,5%, respectivamente.
"Este gasoducto garantiza la seguridad energética de Europa y el mundo", aseguró Mijaíl Fradkov, primer ministro ruso, durante la ceremonia de tendido del primer tramo terrestre del conducto en la región de Vólogda, 400 kilómetros al norte de Moscú. Al acto asistió el ministro de Economía alemán, Michael Glos, quien calificó el proyecto de "grandioso", el ministro ruso de Industria y Energía, Víctor Jristenko, y el presidente de la corporación de gas Gazprom, Alexéi Miller.
El ex canciller alemán, Gerhard Schroeder, encabezará el comité de accionistas (consejo de dirección) de la compañía operadora, "North European Gas Pipeline Company", anunció Miller. Este hecho es un importante espaldarazo para el proyecto por parte del nuevo Gobierno alemán, ya que la actual canciller, Angela Merkel, era muy crítica con la política energética de su predecesor en el cargo. Schroeder siempre defendió este proyecto al considerar que Alemania necesita desarrollar energías alternativas al crudo, más limpias y menos dependientes de las fluctuaciones del mercado internacional.
El nuevo conducto permitirá a Rusia suministrar gas directamente a Europa sin depender de otros países para el tránsito, como Ucrania, Polonia, Letonia, Lituania y Estonia, con los que Moscú mantiene relaciones tirantes. Este proyecto es una apuesta personal del Kremlin, que se encuentra enfrascado en una guerra de precios del gas con Ucrania, Georgia y Moldavia, a los que se niega a seguir subsidiando por su postura anti-rusa y su acercamiento a Occidente.
El gasoducto, de 1.200 kilómetros de longitud, se extenderá en una segunda fase a Holanda y Reino Unido, con lo que doblará su longitud hasta 3.000 kilómetros y la capacidad de transporte hasta 55.000 millones de metros cúbicos de gas anuales.
Gazprom suministra una tercera parte del gas consumido en Europa occidental (140.500 millones de metros cúbicos en 2004) y Alemania es su mayor mercado exportador con 36.100 millones de metros cúbicos, seguida de Italia, Turquía y Francia.
Este proyecto fue firmado el pasado 8 de septiembre por Gazprom y los consorcios alemanes BASF y E.ON, acto presenciado por Schroeder y el presidente ruso Vladímir Putin de visita en Alemania.
Rusia es el mayor productor y exportador mundial de gas natural
Según los expertos, con este proyecto, Gazprom consigue una nueva vía de distribución en un mercado creciente de la producción de gas y mejora su posición como abastecedor a los países miembros de la Unión Europea. A pesar de que Rusia es el mayor productor y exportador de gas natural del mundo y también posee las mayores reservas mundiales, algunos expertos dudan que este país pueda afrontar la demanda de las economías europeas y describen el proyecto como político.
Los ecologistas de Lituania recuerdan que tras la II Guerra Mundial la URSS hundió en el mar Báltico cuantiosos arsenales nazis de bombas químicas, por lo que el tendido del gasoducto entraña la amenaza de una catástrofe ecológica.
La presidenta de Letonia, Vaira Vike-Freiberga, acusó a Alemania de ignorar la "solidaridad de la Unión Europa" y calificó el proyecto de "político", ya que "será el triple de caro" que los existentes.