Bélgica renueva la cara de su cerveza con una etiqueta térmica
Inbev intenta con una innovadora botella recuperar a los consumidores más jóvenes ante la caída de la bebida tradicional del país
Las luces de emergencia se han encendido en el paraíso de la cerveza. El consumo en Bélgica de esta bebida, la más típica del país, no logra frenar su caída... y van 15 años de descensos continuados. Inbev, principal fabricante nacional y mayor productor por volumen de cerveza del mundo, ha decidido tomar cartas en el asunto. Una etiqueta térmica y una chapa de rosca son algunas de sus propuestas para hacer frente a la amplia oferta de refrescos, tés helados y bebidas espirituosas de todo signo que han arrebatado paladares al caldo belga por excelencia.
La marca designada por la cervecera para abrir camino ha sido Jupiler, y el lugar por donde hacer una brecha los bares, cafés y restaurantes belgas. Uno de los cambios introducidos en la botella es una etiqueta trasera sensible a la temperatura. Cuando la cerveza alcanza los tres o cuatro grados centígrados aparece el nombre de esta lager. Así, el consumidor sabe cuándo se encuentra la bebida en su temperatura ideal. 'Jupiler es una de las cervezas más populares en Bélgica. Un elemento como éste trata de destacar la calidad de la cerveza', sostiene Antal Van Pelt, portavoz de Inbev.
La otra novedad, la chapa de rosca, responde en cambio 'a la tendencia actual de beber directamente de la botella'. En opinión de Van Pelt, 'debemos innovar porque competimos con un creciente número de bebidas en el mercado. Necesitamos mantener a los adultos jóvenes cerca de nuestro producto'. Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España, considera que medidas como estas 'pueden ayudar a incrementar el consumo nocturno o entre la gente joven, pero no creo que aumenten significativamente el monto total de ventas'. Y añade, 'en España, las innovaciones avanzan por otras vías, como el desarrollo de cervezas sin alcohol mezcladas con zumos de frutas'
El consumo anual ha bajado de 12 millones de hectolitros de cerveza en 1990 a 9,7 millones en 2004
En 1990, se consumían en Bélgica 12 millones de hectolitros de cerveza al año, según datos de la Federación de Cerveceros de Bélgica. En 2004, esta cifra había descendido a 9,7 millones de hectolitros. Además, con un consumo de 96 litros de cerveza por cabeza en 2003, el país ni siquiera figura entre los más aficionados a esta bebida en Europa. La clasificación está liderada por Irlanda (125 litros), Alemania (121,5 litros), Austria (109 litros) y el Reino Unido (101 litros). Cañita a cañita, en España se bebe una media de 78 litros de cerveza por persona, si bien esta cifra incluye también el consumo de los turistas.
Algunos catadores no ven con buenos ojos ceder ante las modas. 'Beber directamente de la botella no es lo más ortodoxo. El encanto reside en tomar la cerveza con espuma. De esta manera el sabor es más marcado y dura más en la boca', señala Juan Muñoz, presidente de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres (UAES). Para Muñoz, 'se trata de una moda que viene del consumo nocturno, con influencia de México, y que se suele practicar con las cervezas más ligeras'. Francisco del Castillo, profesor de Análisis Sensorial en el Hotel Escuela Villamar de Marbella, es más taxativo: 'Se toma como un refresco, sin valorar el producto. Se disfruta menos'.
Para Inbev, en cambio, no existe contradicción entre invitar a beber directamente de la botella con un sistema de apertura más cómodo y destacar la importancia de la temperatura con una etiqueta. 'No hay una norma que diga que una cerveza deba servirse en vaso. Beber de la botella es una tendencia entre los más jóvenes', dice Van Pelt. Y añade, 'la temperatura, en cambio, es algo importante'.