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Privatización

Carrera de obstáculos en las autopistas francesas

Nuestra política no es oponernos por principio a toda compra de una empresa francesa', sino 'reforzar la competitivad y la independencia y hacer que estén en igualdad de condiciones frente a sus homólogas extranjeras'. Lo afirmaba el ministro galo de Industria, François Loos, en agosto, un mes después de que Francia pusiera a la venta sus tres empresas de autopistas. Pero, visto el proceso, un observador objetivo podría poner en tela de juicio tal afirmación.

A partir de hoy, según las fechas que ha manejado la prensa francesa, el Gobierno de Dominique de Villepin puede desvelar a los ganadores que se harán con el 51% en Autoroutes du Sud (ASF), el 70,3% de Autoroutes París-Rhin-Ródano (APRR) y el 75,7% de Autoroutes du Nord et de l'Est (Sanef). Francia obtendrá unos 14.000 millones de bálsamo para su deuda.

Pero para los interesados, con presencia destacada de españoles, el camino desde que se anunció la venta se ha revelado como una verdadera carrera de obstáculos. La primera concesionaria de infraestructuras Abertis y Cintra (filial de autopistas de Ferrovial) pujan por APRR y Sanef y Sacyr Vallehermoso, sólo por Sanef, a través de su división Itinere y aliada a los grupos galos Dassault, Société Générale y la filial de la italiana Generali.

No ha habido ningún calendario desde el principio. Los ofertantes se iban enterando sobre la marcha. De 18 ofertas previas por lo que ya es la mayor venta en el negocio de autopistas se pasó a unas ocho firmes. El Gobierno nunca ha desvelado ni siquiera la lista de concurrentes. Y éste es uno de los puntos negros del proceso, pero no el único.

Presionado por el polémico rechazo a la privatización, el Ejecutivo ha blindado la venta de las concesionarias para mantener un férreo control cuando entren los nuevos accionistas. Les obligará a asumir una deuda de más de 4.000 millones en APRR y Sanef, a cumplir con estrictos niveles de endeudamiento, de mantenimiento de las infraestructuras y de seguridad so pena de graves sanciones. Además les exige comprar las participaciones de minoritarios y, en el caso de Sanef, no excederse con la diversificación en otros negocios. Como colofón, desde 2013, el Gobierno puede renacionalizar las concesionarias, como avanzó Cinco Días. Unas exigencias poco usuales que merecerían fuertes críticas si el proceso se diera en otro país, coinciden fuentes del sector.

Los españoles pisan fuerte, es el mensaje insistente que lanza la prensa gala, erigida en altavoz y no se sabe si para azuzar a contrincantes más del gusto del Elíseo.

Cintra, aliada con Caja Madrid y los fondos canadienses Borealis y Ontario Teachers Pension's Plan, partiría con la oferta más alta por APRR: 4.898 millones, seguida por la constructora francesa, Eiffage, unida a la australiana Macquarie (socio ocasional de Ferrovial). Tras ellos, la oferta de Abertis, en este caso en solitario, y Autostrade (en la que Abertis tiene un participación). El grupo italiano es el preferido por la cúpula de APRR, según han aireado algunos diarios. También ha surgido el rumor de un pacto de no agresión Abertis-Austostrade. Pero la española ha apostado por Sanef (por la que Autostrade ni siquiera pujaría), como muestra su alianza con Axa y Crédit Agricole. Ha ofrecido 4.100 millones, por delante de Sacyr y Cintra.

En breve, Villepin descubrirá sus cartas pero se guarda el as de forzar una subasta entre finalistas a capricho.

Proteccionismo galo y transparencia

El vivo rechazo de Francia a que Danone fuera comprada por un grupo extranjero como se rumoreó en agosto, dio la medida del bautizado como 'patriotismo económico' galo. Máxime cuando coincidía con la compra de Auna por France Télécom. Esta semana el Ministerio de Finanzas ha dado una nueva muestra del control que impondrá a los compradores de las empresas de autopistas. Asegura que tendrá en cuenta las recomendaciones del Consejo de la Competencia para que ésta se respete y también la regulación de los peajes y la autonomía jurídica de las concesionarias, según Le Monde. Atiende así la queja de una asociación de empresas de obras públicas que teme verse perjudicada por la división constructora de los grupos que pujan por las autopistas. Aunque las condiciones de venta dejan claro que habrá concursos de obras abiertos.Sobre el proceso, UMP, el partido que ha articulado el rechazo a la privatización, lanzó ayer otro dardo. El diputado Dominique Paillé cuestionó su transparencia si el Gobierno opta en APRR por un consorcio con presencia gala que discrimine a ofertas superiores 'en 100 millones' de grupos europeos. La oferta más alta es de Cintra. Criticó además que sea 'sano' que por ASF sólo puje la constructora gala Vinci.

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